jueves, 23 de julio de 2020

(Nº XI-A) TÉCNICAS ANTIGUAS PARA EL CULTIVO TRADICIONAL DEL ARROZ EN EL PRAT DE CABANES, AÑO 1857 .


GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:
Por JUAN E. PRADES BEL (Taller de historia, memorias y patrimonios).
(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL PARQUE NATURAL DEL PRAT DE CABANES-TORREBLANCA (CASTELLÓN, ESPAÑA).
"ANALISIS TÉCNICO-DIVULGATIVO DEL AÑO 1857, INFORMANDO SOBRE LAS TÉCNICAS DEL CULTIVO TRADICIONAL DEL ARROZ EN ESPAÑA, ITALIA Y CHINA".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL.
INTRODUCCIÓN: Un artículo publicado en el año 1857, relata un pormenorizado análisis técnico-informativo sobre el cultivo tradicional del arroz en el siglo XIX. Dicho análisis de campo nos revela las formas, los métodos y las técnicas de cultivar el arroz en el siglo XIX. España era una sociedad agraria en esos tiempos, y la mejora del campo y la implantación de nuevos cultivos y métodos agrónomos y de comercialización y exportación de los frutos, hacía, que la divulgación de conocimientos agrarios y la enseñanza agrónoma, fuese pública y muy notoria, con el fin de tratar de mejorar los resultados de las producciones agrarias españolas.

TEMATICAS: La intención que motiva este trabajo, es el de aportar datos históricos fehacientes, para un mejor conocimiento popular, entendimiento general, y recreación memorial de los avatares de las historias vividas en el territorio de humedal llamado el Prat, un paisaje hoy yermo, declarado actualmente como Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca (Castellón, España) desde el 27 de diciembre de 1994. Una de las grandes transformaciones históricas y el mayor desarrollo agrícola de estos terrenos yermos pantanosos del Prat, fue la implantación del cultivo del arroz. Los siguientes textos acercan al pensamiento y al manual de enseñanza y divulgación de las técnicas y los procesos de trabajo del siglo XIX para los cultivadores de arroz. El poder acceder a leer el manual nos instruye arqueológicamente a los procesos empleados por los agricultores para su cultivo; las fases vegetativas, las técnicas tradicionales y los trabajos manuales. Juan E. Prades Bel.

EL CULTIVO DEL ARROZ, ARTICULO DIVULGATIVO PUBLICADO EN EL AÑO 1857.
GRANDES CULTIVOS.
EL ARROZ: Una de las condiciones más indispensables para obtener buenas cosechas de cereales, es que esté perfectamente seco el suelo en que se cultivan, puesto que el exceso de humedad de la tierra opone un obstáculo invencible á la vegetación de todas las plantas de grano farináceo. Lo contrario sin embargo sucede con el arroz, que ni germinar, ni desarrollarse, ni sazonar puede, como no se le tenga constantemente sumergido en agua que se remueve con frecuencia. Es cierto que en algunos países montuosos de Asia existe una variedad que parece ser una excepción de esta regla. A esta variedad se ha dado el nombre de arroz de secano, y se ha atribuido durante mucho tiempo la facultad de fructificar en las mismas condiciones que el trigo; pero hoy es cosa poco menos que demostrada ya que si hay alguna especie de arroz, que no necesite agua hasta el punto de estar siempre nadando en ella, no hay especie que pueda resistir ni aún por poco tiempo á una completa sequía.
- Esta cuestión bastante debatida en España y fuera de España, está sin embargo todavía por resolver de una manera absoluta.
- Ateniéndome pues á lo que en la actualidad  existe, y á lo que á todo el mundo es dado ver, diré que el arroz es una planta esencialmente acuática , que exige pocos estiércoles, y que da productos considerables. 
- Esto, no obstante, todos los Gobiernos de Europa se han opuesto más o menos abierta ó enérgicamente á su cultivo cada vez que se ha tratado de ensayarlo. La verdad es que, por donde quiera que se ha introducido, ha diezmado las poblaciones circunvecinas con enfermedades contra las cuales son impotentes todos los recursos de la medicina.
- El cultivador de arroz cargado de achaques precoces, pasa á veces de la adolescencia á la decrepitud, sin llegar nunca á la edad normal de los países sanos.
- A pesar de lo que acabo de decir creo que temporalmente puede aceptarse el cultivo de esta planta, que por la circunstancia particular de exigir nivelaciones hechas con mucho cuidado, es un paso dado para la sanificación y aprovechamiento ulterior de los terrenos naturalmente pantanosos, y su conversión en prados artificiales, tan útiles seguramente y tan productivos en un sistema de labor bien entendido, como lo son los arrozales en el fatal que se sigue hoy.
- Para el cultivo del arroz dos son los métodos más usuales; uno el seguido en nuestro reino de Valencia, que es, con algunas modificaciones, el adoptado en Italia , del cual voy á hablar ahora; y otro, que es el seguido en China , del cual me ocuparé luego.  
- El terreno destinado para la siembra de arroz debe ante todo estar perfectamente nivelado; para hacer esta operación más sencilla y menos costosa, se divide el campo en cuadros de mediana extensión, rodeados por caballones de tierra destinados á retener las aguas; hecho esto se da una ligera labor.
- Hemos dicho cuál es el mejor terreno que con viene al arroz: la época de su siembra es por lo común desde principios de Abril, hasta mediados de Junio.
- Por los campos cubiertos á la sazón de una capa de agua, pasa entonces un caballo tirando de una especie de trineo que la revuelve inmediatamente , detrás de este caballo llega el sembrador con la semilla que echa al vuelo.
- Las moléculas terrosas suspendidas en el agua, bastan para cubrir el grano cuando por su propio peso se depositan en el suelo.
- Por cada fanega de tierra se emplea para esta operación fanega y media ó dos de grano, el cual se tendrá antes cuidado de poner durante unos días, para que se hinche, en un foso lleno de agua estancada.
- Para favorecer la germinación hay cultivadores que, dando salida á las aguas inmediatamente después de la siembra, dejan al sol que caliente directamente el suelo; más no bien se muestra el germen, es preciso tener cuidado de echarle encima una capa de agua, cuya altura aumenta á medida que crece el tallo, sin pasar nunca de un palmo.
- Cuando ya empiezan á formarse las cañas del arroz, entonces es tiempo de escardarlo; penosa operación á la cual proceden mujeres, que descalzas y metidas hasta media pierna en el fango, van recorriendo los arrozales y respirando las mefíticas emanaciones de aquellos sitios, donde contraen enfermedades que suelen acabar con ellas.
- No me detendré en hablar ahora de todos los pormenores de este cultivo , ni de los continuos desvelos que requiere, ya para mantener las aguas á un nivel constante, ya para proporcionarles un lento y no interrumpido curso, ya para bajarlas de repente cuando, agitadas por un viento impetuoso las contenidas en estos pequeños lagos, amenazan con arrancar todas las plantas de arroz.
- Sobre ninguno de estos puntos me extenderé, pues al cual se conoce en Europa, considero el cultivo del arroz como una especie de calamidad pública.
- Con el objeto de ver si, siguiendo estas indicaciones, pueden atenuarse aquellos fatales resultados, trascribo á continuación un fragmento de relación dirigida á Mr. Ciot por el abate Voisin , misionero francés, que ha residido durante ocho años en China en medio de los arrozales inundados de la provincia de Tse-Tehuen situada desde el 27 al 32° de latitud:
Textos personales del abate Voisin: «Los arrozales en China son de dos especies: una en que se conserva el agua todo el año, aún después de cogido el arroz; otra en que se extrae para sembrar otros granos en los terrenos ocupados antes por aquel.
- La razón de conservar el agua en los primeros, es la de no tener canales para introducirla de nuevo en ellos, ó bien la de no tener estiércoles con que reponer, una vez secas las tierras, los jugos perdidos, primero por efecto de las cosechas y después por efecto de la desecación.
- Alimentándose de agua estos arrozales, ya por las lluvias, ya por estanques construidos al efecto, ya también por ruedas hidráulicas que elevan el agua de los ríos. La colección de los otros granos sembrados en arrozales desecados se hace por Marzo y Abril, y tengo observado que los terrenos donde se practica esto son por lo común ligeros y arenosos.
- Asimismo, he hecho la observación de que este arroz tiene el grano más pequeño y da menos producto que los demás, ya á causa de estar la tierra esquilmada por la cosecha de primavera, ya por efecto de la naturaleza del terreno.
- Paso ahora á hablar de la siembra y de las labores:  
- En los arrozales en que se conserva el agua todo el año someten el arado y la rastra inmediatamente después de la cosecha; esta operación tiene, según presumo, por objeto de activar la putrefacción de la paja y de las raíces del arroz recién cogido.
- Por este mismo tiempo se componen también las zanjas, y los caballones que circundan los arrozales. En primavera vuelven á darse dos rejas, la primera muy temprano, como seis ó siete semanas antes de la plantación, y la segunda pocos días antes de esta ; á esta segunda reja debe seguir inmediatamente un buen rastrilleo, destinado á igualar y allanar el terreno para hacer dicha plantación.
- En los arrozales que se desaguan para sembrar en ellos otra especie de g r a n o , no se da más que dos rejas, la primera para sembrar el arroz, la segunda para los frutos que, cosechado éste, se quiere poner en la misma tierra. Bueno, es recordar aquí que en los arrozales de que v o y hablando es más ligero y más suelto el terreno, como sucede en los que he visto en las inmediaciones de Tching-Tou, capital de la provincia de Tse-Tehuen.
- En este paraje, situado á los 31° de latitud, se siembra el arroz á mediados de Marzo; pero he notado que á 15 leguas más al Sur se siembra 15 días después, lo cual consiste, según dicen los habitantes del país , en que el terreno es más frio. Asimismo, pretenden estos que, para que la cosecha sea b u en a , conviene que esté la tierra un poco caldeada por el sol. Al Norte de la capital se hace también la siembra 15 días después.
- Como quiera que sea, es menester tener mucho cuidado de que la semilla que se emplea esté perfectamente madura y que no tenga la menor alteración. Antes de enterrarla conviene ponerla en remojo por espacio de 24 horas, al efecto de activar la germinación. La semilla que sobre, nada debe desecharse como inútil.
- Siémbrese muy espeso y al vuelo en terrenos muy bien preparados de antemano, y perfectamente abonados con excremento humano, estiércol de búfalos, caballos & c. &.c. - La superficie de este terreno debe estar nivelada, en términos de que en ella no se note la menor desigualdad.
- Por lo regular, se escogen para este objeto pedazos de tierra bien situados y muy anchos ; pues si se sembrase el arroz en grandes campos , sería difícil cuidarlo como se debe.
- Échense pues, las simientes en un paraje separado del resto del arrozal, y cubierto de una pulgada y aun de algo más de agua , y en este estado se deja todo hasta tanto que germine el grano. Luego que ha germinado se saca el agua , excepto la necesaria para que vaya filtrando á través de los gérmenes, y así que esta agua ha desaparecido, y que no queda absolutamente otra cosa que barro, se introduce nueva agua, teniendo cuidado de hacerlo por la tarde , y de repetir esta operación un día y otro, hasta tanto que se vea que va creciendo el sembrado.
- Desde el momento en que el arroz llega á tener de cuatro á cinco líneas de altura , conviene limitarse á mantener el agua en tal disposición, que estando siempre bañada la raíz no lo esté el tallo, el cual, según dicen los cultivadores, perecería en caso de permanecer dentro del agua mucho tiempo. A los 20 ó 25 días de hecha la siembra se procede á la plantación del arroz en el arrozal grande, el cual ha debido al efecto prepararse en la forma que llevo dicho. En este momento , que es cuando ya tiene la planta de siete á diez pulgadas de altura, se la arranca, se la pone en haces y se la echa en el arrozal, dejando entre un haz -y otro cierto trecho más á menos grande, según la cantidad de estiércoles con que se cuenta; hecho esto, se ponen manos á la obra los plantadores, y cogiendo cada uno un haz forman cuatro filas de matas más o menos separadas entre sí, según la calidad más ó menos pingüe de la tierra. Cada golpe se compone de cuatro, seis ú ocho matas; las distancia; que hay entre golpe y golpe es de seis á nueve pulgadas
- El tiempo más favorable para esta plantación es cuando hace calor; que esté nublado ó sereno importa poco, el viento, la lluvia y el frio son contrarios á la plantación del arroz. En el momento de esta operación no hay en los arrozales arriba de dos ó tres pulgadas de agua , pues á haber más estarían las plantas expuestas á perecer.
- Cuando hay que trasplantar matas de arroz que hayan ya echado cogollo, lo cual sucede bastante á menudo ya sea por tener que reemplazar matas de la primera plantación que perecieron , ya por haber faltado toda esta ó una parte de ella á consecuencia de alguna inundación ó de exceso de sequía, en tales casos se trasplantará el arroz muy hondo, en términos de que queden las matas enterradas hasta más arriba del cogollo. Esta es práctica que nunca omiten los chinos, pues la tienen por de gran de importancia.
- Veinte días después de la plantación viene la escarda. En esta operación se emplea también un gran número de jornaleros, pero no tantos como en la primera. Estos hombres arrancan las malas yerbas, quitan todas las matas sobrantes en los golpes de arroz simétricamente plantados, y con los pies cubren y afirman los tallos de las plantas formándoles alrededor dé la raíz un montoncito de tierra. A los quince ó veinte días de esta primera escarda, se da otra más expeditiva , en razón á que ya quedan menos yerbas que arrancar.
- Al proceder á estas operaciones, es menester no perder de vista:
1.° Que cuanto más se escarda tanto más nutrido será el grano.
Y 2.° Que el arroz no trasplantado no produce casi nada: así á lo menos tengo experimentado yo .
- La cosecha se hace generalmente á los tres meses de su plantación.
- La trilla ó separación de la paja y el gran o se hace unas veces en el mismo campo, otras en casa del cosechero. Desde el momento en que está el grano en sazón es menester evitar cuidadosamente que no se bañe la espiga en el agua, pues si así fuere germinaría .
- Trillado el arroz importa ponerlo inmediatamente á secar, é ínterin no esté seco, cuidar de que no le dé el sol.
- Los trabajos que exige el cultivo del arroz se ejecutan por jornaleros tomados en las épocas de la plantación de la escarda y de la recolección. Estos hombres, que por lo regular no tienen ni tierras, ni otra propiedad alguna, ganan la vida porteando géneros por los caminos.
- Al verlos trabajar en los arrozales, en medio de un agua fétida y expuestos á los rayos de un sol abrasador, naturalmente creería cualquiera que deben estar á menudo enfermos los cultivadores de semejante país . Nada de eso: ocho años he vivido en medio de ellos, y puedo asegurar que no se cuenta entre ellos más enfermos que entre los que se ocupan de cualquier otro cultivo.
Sin pretender explicar de un modo positivo este hecho, presumo que el estado satisfactorio de salud procede del régimen de vida que siguen, tanto en la época de la plantación, como durante la escarda y la recolección del grano. - Desde el amanecer empiezan á beber té: bébenlo luego en el almuerzo; bebénlo y con abundancia entre el almuerzo y la comida, y entre la comida y la cena, acompañando esta bebida con algunos tragos de vino, ó por mejor decir, de aguardiente de arroz ó de mijo. Si el propietario es rico, da á sus trabajadores carne en todas las comidas; si es pobre, dásela por lo menos una vez al día .
-El té que entre las comidas beben va mezclado con ciertas yerbas secas y saladas, y antes de sentarse á comer hacen uso de la pipa. Por la noche, después de cenar, se lavan todo el cuerpo con agua bien caliente, y así se retiran á sus casas dispuestos á empezar la misma faena al día siguiente.
- Siempre he creído, al verlos trabajar de esa manera durante un día y otro y otro, que si en nuestros países de Europa se hiciese lo mismo, se contraerían gravísimas cuando no mortales enfermedades.
- En China, la proximidad de los arrozales, no producen por lo regular esas fiebres que en primavera y en otoño aquejan á todos los países bajos y pantanosos de Europa; pero también debo decir que el cultivador chino sigue todo el año, aun cuando no trabaje en los arrozales, un régimen análogo al que acabo de describir, y que consiste en fumar mucho, lavarse á menudo con agua caliente, tomar constantemente té y no beber nunca agua fría.
- Estas  precauciones esencialísimas, y puedo decirlo por experiencia propia , pues una imprudencia que en esta parte cometí hace algún tiempo, me ha ocasionado una enfermedad, que es la única grave que desde mi llegada á China he padecido.»
- Esto dice el abate Voisin acerca del cultivo del arroz en aquellas apartadas regiones.
- Volviendo á la nuestra, veamos lo que acerca de este cultivo dice Mr. de Gasparin , uno de los hombres más versados en la ciencia y más al corriente de todas las prácticas agrícolas, sobre todo de las que se siguen ó conviene seguir en los países meridionales de Europa, y en general en las costas del Mediterráneo.
Textos personales de Gasparin: “Mucho se han exagerado, dice este entendido agrónomo, las ventajas del cultivo del arroz. Este cultivo paga muy poco más que la renta que, puesto el terreno en otro estado, podría sacarse de él , y su principal mérito consiste en la supresión del barbecho.
- También seria muy fácil probar qué con los elementos necesarios para el cultivo del arroz, cual son el riego y el clima, se podría, merced á un sistema de agricultura bien entendido, obtener de la tierra productos superiores á los de este cereal sin exponer poblaciones enteras á los peligros que ofrece su labor. - Y no hay duda de que si los Gobiernos de Europa exigiesen de los propietarios de arrozales que pagasen los gastos de médico, botica y hospitales que ocasiona su cultivo, y que atendiesen cual debieran á las viudas y á los huérfanos de las víctimas de la insalubridad causada por él, no hay duda, digo, que estos gastos absorberían con mucho las pretendidas ganancias de dichos propietarios. Y qué, ¿sería por ventura injusta cualquier medida que impusiese á los autores del mal la obligación de repararlo?”.
- Yo creo con Mr. de Gasparin , qué bien examinada la cuestión, el cultivo del arroz, tal cual en el día existe, es un mal que al Gobierno toca remediar ó á lo menos corregir.
- El mejor modo de hacerlo con ventajas para la generalidad y sin perjuicios para nadie, es animar á los labradores por todos los medios posibles á ensayar é introducir en sus tierras el arroz, no diré de secano (pues esto no lo creo posible), pero sí de regadío, asimilando este cultivo al maíz ó al de cualquiera otra de esas plantas para cuya vegetación es necesaria el agua; pero que sin embargo pueden vegetar y hasta vegetan mucho mejor fuera de ella.
- Los productos de la cosecha de arroz son muy variables; lo regular es de 16 á 18 veces la simiente. Comparado con el que da el trigo, este resultado es verdaderamente satisfactorio por lo que respecta á la cantidad de grano; pero no lo es tanto, ni con mucho, por lo que respecta á sus elementos nutritivos, cuyo análisis hecho por Mr. Payen ha dado los resultados siguientes:
Almidón, 86,9.
Glúten y albúmina, 7,5.
Materias crasas, 0 ,8.
Goma y azúcar, 0,5.
Sustancias leñosas, 3,4.
Sales calcáreas y potasa, 0 ,9.
Total, 100,0 . (Idem.)
 FIN. Gaceta núm. 1816, de 25/12/1857, páginas 3 a 4.
ADDENDA:
EL ARROZ: El arroz, forma parte de un grupo de 19 especies de hierbas anuales de la familia de las Gramíneas, aunque es el arroz común (Oryza sativa) la única especie importante para el consumo humano.
LOS ARROZALES EN ESPAÑA: La cuna del muy singular cultivo del arroz en España, es la Albufera de Valencia. A lo largo del siglo XIX se produjo una gran expansión del cultivo del arroz por el resto de España de la mano de familias valencianas.
- Con el fin de contribuir a restablecer el equilibrio entre los diferentes factores que determinaban el costo de producción del arroz, buscando mediante la asociación y la cooperación, debidamente organizadas y establecidas entre cultivadores de arroz, propietarios de tierras de arrozales, elaboradores del producto, y comerciantes exportadores del mismo, trataron de conseguir mejoras de forma gradual con el fin de conseguir que el cultivo, elaboración y comercio del arroz y productos derivados, se desarrollasen en plazos y condiciones económicas propicias para existir y defenderse por sí mismos, y poder competir ventajosamente el arroz español en los mercados extranjeros.
ARCHIVO FOTOGRÁFICO: "JORNALEROS DE LA RIBERA (CABANES), EN LAS PLANTACIONES DE ARROZ DEL PRAT".
Colla de jornalers i jornaleres, Prat de la Ribera de Cabanes.

Trilladora, Prat de la Ribera de Cabanes.

Fangejant, Prat de la Ribera de Cabanes.



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