GENTES,
COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:
Por JUAN E. PRADES BEL (Taller de
historia, memorias y patrimonios).
(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…
"ANALISIS TÉCNICO-DIVULGATIVO DEL AÑO 1857, INFORMANDO
SOBRE LAS TÉCNICAS DEL CULTIVO TRADICIONAL DEL ARROZ EN ESPAÑA, ITALIA Y CHINA".
Escribe:
JUAN EMILIO PRADES BEL.
INTRODUCCIÓN:
Un artículo publicado en el año 1857, relata un pormenorizado análisis técnico-informativo
sobre el cultivo tradicional del arroz en el siglo XIX. Dicho análisis de campo
nos revela las formas, los métodos y las técnicas de cultivar el arroz en el
siglo XIX. España era una sociedad agraria en esos tiempos, y la mejora del campo y la implantación de nuevos cultivos y métodos agrónomos y de comercialización y
exportación de los frutos, hacía, que la divulgación de conocimientos agrarios
y la enseñanza agrónoma, fuese pública y muy notoria, con el fin de tratar de mejorar los resultados de las producciones agrarias españolas.
TEMATICAS:
La intención que motiva este trabajo, es el de aportar datos históricos
fehacientes, para un mejor conocimiento popular, entendimiento general, y recreación memorial de los avatares de las historias vividas en el territorio de
humedal llamado el Prat, un paisaje hoy yermo, declarado actualmente como Parque
Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca (Castellón, España) desde el 27 de diciembre de 1994. Una de las grandes
transformaciones históricas y el mayor desarrollo agrícola de estos terrenos yermos
pantanosos del Prat, fue la implantación del cultivo del arroz. Los siguientes
textos acercan al pensamiento y al manual de enseñanza y divulgación de las técnicas y los procesos de trabajo del siglo XIX para los cultivadores de arroz. El poder acceder a leer el manual nos instruye arqueológicamente
a los procesos empleados por los agricultores para su cultivo; las fases vegetativas, las técnicas tradicionales y los trabajos manuales. Juan E. Prades Bel.
EL
CULTIVO DEL ARROZ, ARTICULO DIVULGATIVO PUBLICADO EN EL AÑO 1857.
GRANDES CULTIVOS.
EL
ARROZ: Una de las condiciones más indispensables para obtener buenas cosechas
de cereales, es que esté perfectamente seco el suelo en que se cultivan, puesto
que el exceso de humedad de la tierra opone un obstáculo invencible á la
vegetación de todas las plantas de grano farináceo. Lo contrario sin embargo
sucede con el arroz, que ni germinar, ni desarrollarse, ni sazonar puede, como
no se le tenga constantemente sumergido en agua que se remueve con frecuencia.
Es cierto que en algunos países montuosos de Asia existe una variedad que
parece ser una excepción de esta regla. A esta variedad se ha dado el nombre de
arroz de secano, y se ha atribuido durante mucho tiempo la facultad de
fructificar en las mismas condiciones que el trigo; pero hoy es cosa poco menos
que demostrada ya que si hay alguna especie de arroz, que no necesite agua
hasta el punto de estar siempre nadando en ella, no hay especie que pueda
resistir ni aún por poco tiempo á una completa sequía.
-
Esta cuestión bastante debatida en España y fuera de España, está sin embargo
todavía por resolver de una manera absoluta.
-
Ateniéndome pues á lo que en la actualidad
existe, y á lo que á todo el mundo es dado ver, diré que el arroz es una
planta esencialmente acuática , que exige pocos estiércoles, y que da productos
considerables.
-
Esto, no obstante, todos los Gobiernos de Europa se han opuesto más o menos
abierta ó enérgicamente á su cultivo cada vez que se ha tratado de ensayarlo.
La verdad es que, por donde quiera que se ha introducido, ha diezmado las
poblaciones circunvecinas con enfermedades contra las cuales son impotentes
todos los recursos de la medicina.
-
El cultivador de arroz cargado de achaques precoces, pasa á veces de la
adolescencia á la decrepitud, sin llegar nunca á la edad normal de los países
sanos.
-
A pesar de lo que acabo de decir creo que temporalmente puede aceptarse el
cultivo de esta planta, que por la circunstancia particular de exigir nivelaciones
hechas con mucho cuidado, es un paso dado para la sanificación y
aprovechamiento ulterior de los terrenos naturalmente pantanosos, y su
conversión en prados artificiales, tan útiles seguramente y tan productivos en
un sistema de labor bien entendido, como lo son los arrozales en el fatal que
se sigue hoy.
-
Para el cultivo del arroz dos son los métodos más usuales; uno el seguido en
nuestro reino de Valencia, que es, con algunas modificaciones, el adoptado en
Italia , del cual voy á hablar ahora; y otro, que es el seguido en China , del
cual me ocuparé luego.
-
El terreno destinado para la siembra de arroz debe ante todo estar
perfectamente nivelado; para hacer esta operación más sencilla y menos costosa,
se divide el campo en cuadros de mediana extensión, rodeados por caballones de
tierra destinados á retener las aguas; hecho esto se da una ligera labor.
-
Hemos dicho cuál es el mejor terreno que con viene al arroz: la época de su
siembra es por lo común desde principios de Abril, hasta mediados de Junio.
-
Por los campos cubiertos á la sazón de una capa de agua, pasa entonces un
caballo tirando de una especie de trineo que la revuelve inmediatamente ,
detrás de este caballo llega el sembrador con la semilla que echa al vuelo.
-
Las moléculas terrosas suspendidas en el agua, bastan para cubrir el grano
cuando por su propio peso se depositan en el suelo.
-
Por cada fanega de tierra se emplea para esta operación fanega y media ó dos de
grano, el cual se tendrá antes cuidado de poner durante unos días, para que se hinche,
en un foso lleno de agua estancada.
-
Para favorecer la germinación hay cultivadores que, dando salida á las aguas
inmediatamente después de la siembra, dejan al sol que caliente directamente el
suelo; más no bien se muestra el germen, es preciso tener cuidado de echarle
encima una capa de agua, cuya altura aumenta á medida que crece el tallo, sin
pasar nunca de un palmo.
-
Cuando ya empiezan á formarse las cañas del arroz, entonces es tiempo de
escardarlo; penosa operación á la cual proceden mujeres, que descalzas y
metidas hasta media pierna en el fango, van recorriendo los arrozales y respirando
las mefíticas emanaciones de aquellos sitios, donde contraen enfermedades que suelen
acabar con ellas.
-
No me detendré en hablar ahora de todos los pormenores de este cultivo , ni de
los continuos desvelos que requiere, ya para mantener las aguas á un nivel
constante, ya para proporcionarles un lento y no interrumpido curso, ya para
bajarlas de repente cuando, agitadas por un viento impetuoso las contenidas en
estos pequeños lagos, amenazan con arrancar todas las plantas de arroz.
-
Sobre ninguno de estos puntos me extenderé, pues al cual se conoce en Europa,
considero el cultivo del arroz como una especie de calamidad pública.
-
Con el objeto de ver si, siguiendo estas indicaciones, pueden atenuarse
aquellos fatales resultados, trascribo á continuación un fragmento de relación
dirigida á Mr. Ciot por el abate Voisin , misionero francés, que ha residido durante
ocho años en China en medio de los arrozales inundados de la provincia de
Tse-Tehuen situada desde el 27 al 32° de latitud:
Textos personales del
abate Voisin: «Los arrozales en China son de dos especies: una en que se
conserva el agua todo el año, aún después de cogido el arroz; otra en que se
extrae para sembrar otros granos en los terrenos ocupados antes por aquel.
-
La razón de conservar el agua en los primeros, es la de no tener canales para
introducirla de nuevo en ellos, ó bien la de no tener estiércoles con que
reponer, una vez secas las tierras, los jugos perdidos, primero por efecto de
las cosechas y después por efecto de la desecación.
-
Alimentándose de agua estos arrozales, ya por las lluvias, ya por estanques
construidos al efecto, ya también por ruedas hidráulicas que elevan el agua de
los ríos. La colección de los otros granos sembrados en arrozales desecados se
hace por Marzo y Abril, y tengo observado que los terrenos donde se practica
esto son por lo común ligeros y arenosos.
-
Asimismo, he hecho la observación de que este arroz tiene el grano más pequeño
y da menos producto que los demás, ya á causa de estar la tierra esquilmada por
la cosecha de primavera, ya por efecto de la naturaleza del terreno.
-
Paso ahora á hablar de la siembra y de las labores:
-
En los arrozales en que se conserva el agua todo el año someten el arado y la
rastra inmediatamente después de la cosecha; esta operación tiene, según
presumo, por objeto de activar la putrefacción de la paja y de las raíces del
arroz recién cogido.
-
Por este mismo tiempo se componen también las zanjas, y los caballones que
circundan los arrozales. En primavera vuelven á darse dos rejas, la primera muy
temprano, como seis ó siete semanas antes de la plantación, y la segunda pocos
días antes de esta ; á esta segunda reja debe seguir inmediatamente un buen
rastrilleo, destinado á igualar y allanar el terreno para hacer dicha plantación.
-
En los arrozales que se desaguan para sembrar en ellos otra especie de g r a n
o , no se da más que dos rejas, la primera para sembrar el arroz, la segunda
para los frutos que, cosechado éste, se quiere poner en la misma tierra.
Bueno, es recordar aquí que en los arrozales de que v o y hablando es más
ligero y más suelto el terreno, como sucede en los que he visto en las
inmediaciones de Tching-Tou, capital de la provincia de Tse-Tehuen.
-
En este paraje, situado á los 31° de latitud, se siembra el arroz á mediados de
Marzo; pero he notado que á 15 leguas más al Sur se siembra 15 días después, lo
cual consiste, según dicen los habitantes del país , en que el terreno es más frio.
Asimismo, pretenden estos que, para que la cosecha sea b u en a , conviene que
esté la tierra un poco caldeada por el sol. Al Norte de la capital se hace
también la siembra 15 días después.
- Como
quiera que sea, es menester tener mucho cuidado de que la semilla que se
emplea esté perfectamente madura y que no tenga la menor alteración. Antes de enterrarla
conviene ponerla en remojo por espacio de 24 horas, al efecto de activar la
germinación. La semilla que sobre, nada debe desecharse como inútil.
-
Siémbrese muy espeso y al vuelo en terrenos muy bien preparados de antemano, y perfectamente
abonados con excremento humano, estiércol de búfalos, caballos & c.
&.c. - La superficie de este terreno debe estar nivelada, en términos de que
en ella no se note la menor desigualdad.
-
Por lo regular, se escogen para este objeto pedazos de tierra bien situados y
muy anchos ; pues si se sembrase el arroz en grandes campos , sería difícil
cuidarlo como se debe.
-
Échense pues, las simientes en un paraje separado del resto del arrozal, y
cubierto de una pulgada y aun de algo más de agua , y en este estado se deja
todo hasta tanto que germine el grano. Luego que ha germinado se saca el agua ,
excepto la necesaria para que vaya filtrando á través de los gérmenes, y así
que esta agua ha desaparecido, y que no queda absolutamente otra cosa que
barro, se introduce nueva agua, teniendo cuidado de hacerlo por la tarde , y de
repetir esta operación un día y otro, hasta tanto que se vea que va creciendo
el sembrado.
-
Desde el momento en que el arroz llega á tener de cuatro á cinco líneas de
altura , conviene limitarse á mantener el agua en tal disposición, que estando
siempre bañada la raíz no lo esté el tallo, el cual, según dicen los
cultivadores, perecería en caso de permanecer dentro del agua mucho tiempo. A
los 20 ó 25 días de hecha la siembra se procede á la plantación del arroz en el
arrozal grande, el cual ha debido al efecto prepararse en la forma que llevo
dicho. En este momento , que es cuando ya tiene la planta de siete á diez
pulgadas de altura, se la arranca, se la pone en haces y se la echa en el
arrozal, dejando entre un haz -y otro cierto trecho más á menos grande, según
la cantidad de estiércoles con que se cuenta; hecho esto, se ponen manos á la
obra los plantadores, y cogiendo cada uno un haz forman cuatro filas de matas
más o menos separadas entre sí, según la calidad más ó menos pingüe de la
tierra. Cada golpe se compone de cuatro, seis ú ocho matas; las distancia; que
hay entre golpe y golpe es de seis á nueve pulgadas
-
El tiempo más favorable para esta plantación es cuando hace calor; que esté
nublado ó sereno importa poco, el viento, la lluvia y el frio son contrarios á
la plantación del arroz. En el momento de esta operación no hay en los
arrozales arriba de dos ó tres pulgadas de agua , pues á haber más estarían las
plantas expuestas á perecer.
-
Cuando hay que trasplantar matas de arroz que hayan ya echado cogollo, lo cual
sucede bastante á menudo ya sea por tener que reemplazar matas de la primera plantación
que perecieron , ya por haber faltado toda esta ó una parte de ella á
consecuencia de alguna inundación ó de exceso de sequía, en tales casos se
trasplantará el arroz muy hondo, en términos de que queden las matas
enterradas hasta más arriba del cogollo. Esta es práctica que nunca omiten los chinos,
pues la tienen por de gran de importancia.
-
Veinte días después de la plantación viene la escarda. En esta operación se
emplea también un gran número de jornaleros, pero no tantos como en la primera.
Estos hombres arrancan las malas yerbas, quitan todas las matas sobrantes en
los golpes de arroz simétricamente plantados, y con los pies cubren y afirman
los tallos de las plantas formándoles alrededor dé la raíz un montoncito de
tierra. A los quince ó veinte días de esta primera escarda, se da otra más
expeditiva , en razón á que ya quedan menos yerbas que arrancar.
-
Al proceder á estas operaciones, es menester no perder de vista:
1.°
Que cuanto más se escarda tanto más nutrido será el grano.
Y
2.° Que el arroz no trasplantado no produce casi nada: así á lo menos tengo
experimentado yo .
-
La cosecha se hace generalmente á los tres meses de su plantación.
-
La trilla ó separación de la paja y el gran o se hace unas veces en el mismo
campo, otras en casa del cosechero. Desde el momento en que está el grano en
sazón es menester evitar cuidadosamente que no se bañe la espiga en el agua,
pues si así fuere germinaría .
-
Trillado el arroz importa ponerlo inmediatamente á secar, é ínterin no esté
seco, cuidar de que no le dé el sol.
-
Los trabajos que exige el cultivo del arroz se ejecutan por jornaleros tomados
en las épocas de la plantación de la escarda y de la recolección. Estos hombres,
que por lo regular no tienen ni tierras, ni otra propiedad alguna, ganan la
vida porteando géneros por los caminos.
-
Al verlos trabajar en los arrozales, en medio de un agua fétida y expuestos á
los rayos de un sol abrasador, naturalmente creería cualquiera que deben estar
á menudo enfermos los cultivadores de semejante país . Nada de eso: ocho años
he vivido en medio de ellos, y puedo asegurar que no se cuenta entre ellos más
enfermos que entre los que se ocupan de cualquier otro cultivo.
Sin
pretender explicar de un modo positivo este hecho, presumo que el estado
satisfactorio de salud procede del régimen de vida que siguen, tanto en la
época de la plantación, como durante la escarda y la recolección del grano. - Desde
el amanecer empiezan á beber té: bébenlo luego en el almuerzo; bebénlo y con
abundancia entre el almuerzo y la comida, y entre la comida y la cena,
acompañando esta bebida con algunos tragos de vino, ó por mejor decir, de
aguardiente de arroz ó de mijo. Si el propietario es rico, da á sus
trabajadores carne en todas las comidas; si es pobre, dásela por lo menos una vez
al día .
-El
té que entre las comidas beben va mezclado con ciertas yerbas secas y saladas,
y antes de sentarse á comer hacen uso de la pipa. Por la noche, después de
cenar, se lavan todo el cuerpo con agua bien caliente, y así se retiran á sus
casas dispuestos á empezar la misma faena al día siguiente.
-
Siempre he creído, al verlos trabajar de esa manera durante un día y otro y
otro, que si en nuestros países de Europa se hiciese lo mismo, se contraerían
gravísimas cuando no mortales enfermedades.
-
En China, la proximidad de los arrozales, no producen por lo regular esas
fiebres que en primavera y en otoño aquejan á todos los países bajos y pantanosos
de Europa; pero también debo decir que el cultivador chino sigue todo el año,
aun cuando no trabaje en los arrozales, un régimen análogo al que acabo de
describir, y que consiste en fumar mucho, lavarse á menudo con agua caliente,
tomar constantemente té y no beber nunca agua fría.
-
Estas precauciones esencialísimas, y
puedo decirlo por experiencia propia , pues una imprudencia que en esta parte
cometí hace algún tiempo, me ha ocasionado una enfermedad, que es la única
grave que desde mi llegada á China he padecido.»
-
Esto dice el abate Voisin acerca del cultivo del arroz en aquellas apartadas
regiones.
-
Volviendo á la nuestra, veamos lo que acerca de este cultivo dice Mr. de
Gasparin , uno de los hombres más versados en la ciencia y más al corriente de
todas las prácticas agrícolas, sobre todo de las que se siguen ó conviene
seguir en los países meridionales de Europa, y en general en las costas del
Mediterráneo.
Textos
personales de Gasparin: “Mucho se han exagerado, dice este entendido agrónomo,
las ventajas del cultivo del arroz. Este cultivo paga muy poco más que la renta
que, puesto el terreno en otro estado, podría sacarse de él , y su principal
mérito consiste en la supresión del barbecho.
-
También seria muy fácil probar qué con los elementos necesarios para el cultivo
del arroz, cual son el riego y el clima, se podría, merced á un sistema de
agricultura bien entendido, obtener de la tierra productos superiores á los de
este cereal sin exponer poblaciones enteras á los peligros que ofrece su labor.
- Y no hay duda de que si los Gobiernos de Europa exigiesen de los propietarios
de arrozales que pagasen los gastos de médico, botica y hospitales que ocasiona
su cultivo, y que atendiesen cual debieran á las viudas y á los huérfanos de
las víctimas de la insalubridad causada por él, no hay duda, digo, que estos
gastos absorberían con mucho las pretendidas ganancias de dichos propietarios.
Y qué, ¿sería por ventura injusta cualquier medida que impusiese á los autores
del mal la obligación de repararlo?”.
-
Yo creo con Mr. de Gasparin , qué bien examinada la cuestión, el cultivo del
arroz, tal cual en el día existe, es un mal que al Gobierno toca remediar ó á
lo menos corregir.
-
El mejor modo de hacerlo con ventajas para la generalidad y sin perjuicios para
nadie, es animar á los labradores por todos los medios posibles á ensayar é
introducir en sus tierras el arroz, no diré de secano (pues esto no lo creo
posible), pero sí de regadío, asimilando este cultivo al maíz ó al de
cualquiera otra de esas plantas para cuya vegetación es necesaria el agua; pero
que sin embargo pueden vegetar y hasta vegetan mucho mejor fuera de ella.
-
Los productos de la cosecha de arroz son muy variables; lo regular es de 16 á
18 veces la simiente. Comparado con el que da el trigo, este resultado es
verdaderamente satisfactorio por lo que respecta á la cantidad de grano; pero
no lo es tanto, ni con mucho, por lo que respecta á sus elementos nutritivos,
cuyo análisis hecho por Mr. Payen ha dado los resultados siguientes:
Almidón,
86,9.
Glúten
y albúmina, 7,5.
Materias
crasas, 0 ,8.
Goma
y azúcar, 0,5.
Sustancias
leñosas, 3,4.
Sales
calcáreas y potasa, 0 ,9.
Total,
100,0 . (Idem.)
FIN. Gaceta núm. 1816, de 25/12/1857, páginas
3 a 4.
ADDENDA:
EL
ARROZ: El arroz, forma parte de un grupo de 19 especies de hierbas anuales de
la familia de las Gramíneas, aunque es el arroz común (Oryza sativa) la única
especie importante para el consumo humano.
LOS
ARROZALES EN ESPAÑA: La cuna del muy singular cultivo del arroz en España, es
la Albufera de Valencia. A lo largo del siglo XIX se produjo una gran expansión
del cultivo del arroz por el resto de España de la mano de familias
valencianas.
-
Con el fin de contribuir a restablecer el equilibrio entre los diferentes
factores que determinaban el costo de producción del arroz, buscando mediante
la asociación y la cooperación, debidamente organizadas y establecidas entre
cultivadores de arroz, propietarios de tierras de arrozales, elaboradores del
producto, y comerciantes exportadores del mismo, trataron de conseguir mejoras
de forma gradual con el fin de conseguir que el cultivo, elaboración y comercio
del arroz y productos derivados, se desarrollasen en plazos y condiciones
económicas propicias para existir y defenderse por sí mismos, y poder competir
ventajosamente el arroz español en los mercados extranjeros.
Colla de jornalers i jornaleres, Prat de la Ribera de Cabanes. |
Trilladora, Prat de la Ribera de Cabanes. |
Fangejant, Prat de la Ribera de Cabanes. |
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