sábado, 7 de mayo de 2022

“DOCUMENTOS DEL ASEDIO DEL EJERCITO FRANCÉS Y LA BATALLA POR EL CONTROL DEL CASTILLO DE OROPESA Y DE LA TORRE DEL REY, OCTUBRE 1811”.


GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, "Crónicas", "Humanidades" (Proyecto: "ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios...).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DE ORPESA/OROPESA DEL MAR….

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DE LA TORRE DEL REY.

(Temáticas): HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS EN LAS TIERRAS DE LA PLANA DEL "CASTELL D'ALBALAT" (CASTELLÓN).

“DOCUMENTOS ÉPICOS Y PARTES DE GUERRA SOBRE EL ASEDIO DE UN MES DEL EJERCITO FRANCÉS Y LA BATALLA POR EL CONTROL DEL CASTILLO DE OROPESA DEL MAR Y DE LA TORRE DEL REY, EN OCTUBRE DEL AÑO 1811, DATOS PARA LA HISTORIA”.

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

CONTENIDOS PRINCIPALES, DOCUMENTOS HISTÓRICOS: 

(1). = Parte de guerra del comandante de la Torre del Rey. Octubre del año 1811.

(2). = Parte de guerra del comandante de los faluchos de guerra. (José Colmenares, comandante de la División de Faluchos del Grao de Valencia). Octubre del año 1811.

(3). = Parte de guerra del capitán del "HMS Magnificent” George Eyre y comandante en jefe al mando de la flotilla de la Royal Navy "HMS Magnificent”  para la defensa de la provincia marítima de Valencia, y jefe de las operaciones navales conjuntas de la Royal Navy y la División de Faluchos de guerra españoles del Grao de Valencia para acudir al auxilio de guerra de las tropas españolas asentadas en Oropesa que estaban asediadas, atrapadas y combatidas por el ejército francés. Octubre del año 1811.

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA A LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA (1808-1814): La guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico desarrollado entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las guerras napoleónicas europeas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona.  Ante la invasión francesa de la península Ibérica el pueblo español despertó y Napoleón Bonaparte se vio obligado a mantener un gran ejército en España durante seis años, al tiempo que las Cortes de Cádiz ponían en práctica la revolución liberal con la elaboración de la Constitución Española del año 1812.

EL ASEDIO AL CASTILLO DE OROPESA Y A LA TORRE DEL REY (introducción histórica): El Asedio de Suchet a Oropesa durante el transcurso de la Guerra de la Independencia tuvo en Oropesa del Mar un episodio heroico, fue el asedio, los combates épicos y finalmente la ocupación total de Oropesa del Mar por el ejército francés del Mariscal Suchet (Luis Gabriel Suchet). Debido a la enérgica defensa con que se empleaban las guarniciones españolas que protegían la actual Orpesa (antes Oropesa del Mar), sobre el 20 de septiembre de 1811 obligó al tren de batir y al ejército del mariscal Suchet a desviarse del camino real de la costa Vinaroz-Castellón y dar un rodeo de unos 40 km en su marcha hacia Valencia desviándose del litoral, por diferentes caminos yendo a buscar el "Camino Real S. Mateo-Castellón" de la población de Cabanes. 

- El asedio sobre Oropesa duro casi un mes desde el 19 de septiembre al 11 de octubre de 1811, fue una victoria francesa durante la campaña de Valencia, el objetivo era capturar a toda costa la ciudadela costera de Oropesa y eliminar un importante obstáculo en la carretera costera de Tarragona a Valencia. En otoño de 1811, Valencia era la única parte del este de España que no estaba en manos francesas. Napoleón creía que la ciudad de Valencia se rendiría y, por tanto, ordenó al mariscal Suchet que lanzara un rayo desde Cataluña. Una gran parte del ejército de Suchet, incluido el tren de artillería, tuvo que utilizar la carretera costera, donde los españoles tenían dos fortalezas restantes. El primero, a Peñiscola, se sorteó fácilmente por estar lejos de la ruta, pero la ciudad de Oropesa se encontraba en la carretera y debería ser capturada si las pesadas armas de asedio utilizaran la carretera costera. La principal columna francesa, once mil hombres bajo el mando de Suchet, salió de Tortosa el 15 de septiembre, sin las armas de asedio, y llegó a Oropesa el 19 de septiembre. 

- El general Blake, al mando de las tropas españolas en Valencia, se había parapetado con una guarnición de 500 hombres en Oropesa, pero la mayor parte del circuito defensivo de Oropesa estaba efectivamente en ruinas. Dos torres se mantuvieron defendibles, una por la misma carretera y otra al borde del mar. Cuando los franceses se acercaban, la guarnición se retiraba hacia las dos torres. En lugar de atacar, Suchet cogió su ejército por una ligera desviación alrededor de la torre del lado de la carretera, dejando algunas compañías de tropas para bloquear la guarnición española y continuó su camino hacia Saguntum. 

- El ejército del Mariscal Suchet volvió un mes más tarde a esta plaza litoral del camino de Valencia (primer tercio de octubre de 1811), a realizar un asalto para someter definitivamente a las guarniciones españolas asentadas en Oropesa del Mar, tras el asedio el Mariscal Suchet logró ocupar el castillo de Oropesa, y ordenó destruir las murallas de dicha ciudadela. 

- Los defensores españoles de la Torre del Rey no llegaron a capitular a las tropas francesas, pero al quedarse aislados por el asedio se vieron obligados a retirarse por mar, siendo auxiliados y rescatados por faluchos españoles, una obusera, escampavías y una pequeña flota de la Royal Navy al mando George Eyre, formada por el gran navío de línea “HMS Magnificent” de 74 cañones y tres cañoneras de la Flota del Mediterráneo de la Royal Navy. 

- Y aquí comienza la historia que me motiva a escribir este relato, sobre la épica defensa de las fuerzas españolas de la Torre del Rey y del castillo de Oropesa.

1).=EXPOSICIÓN DOCUMENTAL, TEXTOS DEL COMANDANTE DE LA TORRE DEL REY DE OROPESA, AÑO 1811: Diario de Mallorca (Palma de Mallorca. 1808). 20/11/1811, página 3. "LA TORRE DEL REY. Parte del comandante de la torre del Rey. Excmo. Sr. Desde el 30 de Setiembre anterior quedó cortada la comunicación del castillo de Oropesa, y la torre del Rey que estaba á mi cargo, ocupando el enemigo el pueblo, las alturas y llanos de la costa. Hasta el 10 del corriente dirigimos diariamente los fuegos de uno y otro fuerte, á la destrucción de las casas que aspilleraban, formando una batería en una de ellas. 

= El día dos mandé al teniente del regimiento de infantería de Saboya D. Saturnino García, á que practicase el reconocimiento de una casa y huerta contigua á la torre, y este valeroso oficial despreciando todo riesgo se aproximó al enemigo en términos, que llama la atención de toda la división francesa, y notando yo que baxaba una columna emboscada por los garroferales, le di orden de que se retirase, lo que executo en formación sin dexar hacer fuego, y llamándoles á tiro de cañón, y viéndoles, en disposición mandé hacer fuego de metralla del que quedaron seis tendidos en la  playa, sin tener por nuestra parte más que un soldado levemente contuso. 

= El día 10 al amanecer principió el enemigo su fuego contra el fuerte de Oropesa, primero con dos cañones de a 24, y un obús, y luego advertí descargas de cuatro cañones. A las dos de la tarde tuvo que rendirse el fuerte, y tomaron posesión de él los enemigos. Seguidamente, vino a la torre de mi cargo un coronel francés de parlamentario, al que mandé recibir con las formalidades de guerra, y me habló en la forma siguiente:

= “De orden de mi general “conde de Süchet”, digo á V.m., que si no se entrega esta torre sin resistencia, será su guarnición pasada á cuchillo, y colocara tres piezas de á 24 con un obús para batirla; y advierte dicho mí general que debe V.m. hacerlo en virtud de estar baxo las órdenes del gobernador del castillo, y de ofrecerle tan honrosa capitulación como la que aquel a hecho”.

= “…Le conteste dirá V. M. a su general, que ya dexo dé estar baxo las órdenes de aquel gobernador, que obro por mí solo, y por consiguiente no me hallo en disposición de entregar el fuerte, y que no me intimidan sus amenazas” “Se continuará”.

2)=EXPOSICIÓN DOCUMENTAL: Diario de Mallorca (Palma de Mallorca. 1808). 23/11/1811, página 2.III. 

"Parte del comandante de los faluchos de guerra. Al Excmo. Señor capitán general del segundo y tercer ejército da parte el comandante de la División de Faluchos del Grao de Valencia, que en el instante que recibí la orden de V.E. del 9 que se me entregó en la madrugada del 10 en la mar, restituyéndome a Valencia; en la misma mañana pasé al navío inglés el Magnifico, surto en el Grao de Sagunto, a ponerme á las órdenes de su comandante, según se me tenía prevenido. El comandante de la obusera n.º 9 me hizo presente, se hallaba en estado de no tener el falcamento, lo que hizo presente a dicho comandante y determino quedarse en el fondeadero, y que yo con mi división siguiese los movimientos de su navío hasta llegar al destino de Oropesa, lo que verificamos dando fondo el 11 al anochecer, en cuyo instante pasé al expresado navío, y su comandante me hizo saber, se había concluido nuestra comisión respecto a que el castillo de Oropesa se había rendido la tarde del 10. 

= El gobernador de la torre del Rey pasó un oficio al comandante del navío diciéndole su estado, y con presencia de este determino dicho comandante que yo le pasara un oficio o le hiciese saber á la voz, tenía al pie de la torre las lanchas de los Faluchos y una escampavía por si no estaba en estado de sostenerse y podía embarcarse con su tropa. 

= No fue posible recibir el oficio, pero se le enteró á la voz, y contestó no podía efectuar el embarcarse y qué aún estaba en estado de poder defenderse con nuestros auxilios; y para no aventurar la comisión mandé á mi piloto D. Bruno de Exea, tanto para enterar al gobernador, cuanto para averiguar la situación de las obras del enemigo, lo que fue impracticable por la obscuridad de la noche, y se restituyo a bordo siéndome imposible por la dicha obscuridad batir á los enemigos. 

= Toda esta noche paso la torre luciendo fuego de fusilería, y al amanecer del 12 rompió el enemigo el fuego contra la torre con cañones de grueso calibre. En el momento me dirigí con los tres Faluchos á la parte del Este de la torre por si me era dable flanquear su batería, la que hallé estaba cubierta, por un montecillo y punta saliente que mira a la playa; sin embargo en el momento rompí el fuego como a tiro de metralla, y sin duda debía de incomodar al enemigo el fuego de la división, pues era más que pausado el que hacían a la torre, y como a cosa de hora y media pusieron los enemigos entre unas peñas dos cañones que nos batían, por lo que varié de situación para burlar sus fuegos. Como a las 8 y tres cuartos de la mañana dio la vela el navío en vuelta de tierra, y me mandó la orden con un oficial, que me dirigiese con la división al mismo frente de la torre, y me situase lo más próximo que fuera posible para proteger el embarco de la guarnición de la rexpresada; lo verifique a menos de tiro de fúsil, y el navío dio fondo, y en el momento rompió el fuego, haciendo lo mismo la división, con cuya protección fueron a tierra los botes ingleses armados, lanchas de los Faluchos y la Escampavía, y logramos que a las 10 y tres cuartos estuviese a nuestro bordos la guarnición de la Torre. Durante este embarco no dexaron los enemigos hacerla fuego, y a poco viendo que no le contestaba, infirieron la operación, y avanzo una columna como de unos 300, y aún alcanzaron estos poder batir a un bote inglés que conducía la última tropa, y a mi Falucho que me mantuve para sostenerlo, los que me batieron por más de media hora, sin recibir más daño que 10 o 12 balazos en la vela, uno en un remo y otro en el candelero. Luego que vi al bote inglés libre de los fuegos del enemigo, me hice para fuera, y uniéndome con mi división, fui enterado no habían tenido ninguna desgracia, como asimismo la gente que conducían, que en toda componen 63 hombres del regimiento de infantería de Saboya, de artillería y uno del infante D. Carlos. Heridos de estos levemente un sargento de artillería y dos soldados. Ignoro el número de los que conduce el Navío; cuyo comandante nos ha hecho ver cuánto se interesa en nuestra defensa y son dignos del mayor elogio á los oficiales que mandaban sus botes, pues a pesar del mucho fuego que los enemigos hacían con la fusilería, consiguieron el embarcar en sus botes la mayor parte de la guarnición.

= Después de haberse puesto el navío a la vela para el Grao de Valencia. Lo efectué yo también con mi división, dando fondo en dicho punto a las 7 de la noche. 

= Falucho Valeroso, al ancla en la rada de Valencia, a 13 de octubre de 1811.=José Colmenares".

3).=EXPOSICIÓN DOCUMENTAL, (Documento inglés): Textos, de: "GEORGE EYRE, a bordo del “Magnificent” sobre Valencia, 14 de Octubre 1811. Al llegar aquí el 8 del corriente, me apresuré á asegurar al General Blake, que me hallaba dispuesto á emprender qualquier servicio en que pudiese serle útil, contribuyendo á, sus planes para la defensa de esta Provincia; y al día siguiente recibí de S. E. una carta en que me pedía que auxiliase el Castillo de Oropesa, que se hallaba mui apretado por el enemigo, y mui apurado de provisiones. 

En conseqüencia, me dirigí allá, con tres cañoneras que el General puso a mi disposición y llegué por la noche del 11, quando supe que el Castillo se había rendido el día antes, y que había dos mil enemigos en el pueblo; pero había una torre, como a una milla de Oropesa, y á mui poca distancia del mar, en que estaba arbolada la Vandera Española, y se veía al enemigo construyendo una batería contra ella a tiro de fusil. Habiendo hallado medio de comunicación con la Torre, recibí una carta del Comandante, en que me informaba, que aunque había rehusado capitular quando le habían intimado el día anterior, le sería imposible mantenerse muchas horas contra la fuerza que el enemigo había acercado; por tanto dispuse un plan para libertar la guarnición. Al amanecer del día siguiente el enemigo abrió su fuego, el qual fue respondido con vigor desde la torre; Pero la briza no apuntó hasta las nueve de la mañana, y hasta entonces no pude acercar mi navío. Anclé pues inmediato á tierra quanto pude, y mandé una lancha, y una pinaza, con las cañoneras, para que se traxesen la guarnición, que consistía de dos oficiales, y ochenta y cinco soldados; todos los quales, tengo la satisfacción de informar á V., estaban embarcados á las diez; gracias á (tomo IV), la actividad, y valiente conducta de los oficiales y tripulaciones de los botes. 

El fuego del “Magnificent” molestó á la batería; pero al punto que apercibieron que la torre estaba abandonada, acudieron en mucho número á la orilla, cubiertos por una pequeña punta de tierra, y entre los peñascos, haciendo un violento fuego de fusilería, de que resultaron heridos tres de mi gente, y siento decir que uno de ellos, de mucho peligro. Los oficiales que mandaban los botes del Magnificent en esta ocasión fueron los tenientes Astley, y Hiatt, los quales se han presentado voluntariamente para todo género de peligro y trabajo que se ha ofrecido; su conducta en esta y en todas las ocasiones anteriores, ha sido de satisfacción para mí, y de mucho crédito para ellos. Habiendo sido preciso que la lancha usase su carroñada para contener el fuego del enemigo que se aumentaba cada vez más, la pinaza, que había traído una barcada de soldados españoles a una de las cañoneras; tuvo que volver de segunda vez a tierra, por los que se habían quedado en los peñascos: el teniente Hiatt executo este servicio con el mayor espíritu y humanidad. (Firmado GEORGE EYRE).

JORGE EYRE. A Sir Edwardo Pellew, Vice-Almirante de la Roxa, &c. &c. Oficiales empleados en los botes.—Los tenientes Astley y Hiatt, y el Guardia-Marina Mr. G. D. Ross.  Marineros heridos.—John Lens, de peligro—Roberto Thompson y Ricardo James, ligeramente”. (Firmado GEORGE EYRE, octubre de 1811).

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL: Gazeta del Gobierno de México. 7/3/1812, página 5. Valencia 15 de octubre. El castillo de Oropesa se rindió á los franceses el 10 del corriente (octubre 1811) después de una defensa vigorosa. En seguida el enemigo intimó la rendición al gobernador de la Torre del Rey, quien respondió negativamente, y se defendió hasta que los franceses tuvieron una batería á tiro de pistola. Entonces trató de salvarse con su valiente guarnición, compuesta de 85 hombres, y lo logró mediante los auxilios que prestó el capitán Eyre, del navío inglés Magnifico en cuyos botes hubo 3 heridos. (G. de la R.)

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN E. PRADES):

FALUCHOS: En la marina de guerra los faluchos estaban destinados al servicio de guardacostas y se llamaban de primera clase los que tenían una dotación superior a sesenta hombres, y de segunda los de menor número.

OBUSERA Nº9: Embarcación artillada con algún obús.

DIVISIÓN DE FALUCHOS DEL GRAO DE VALENCIA: Los nombres de algunos faluchos y de otras embarcaciones de guerra destinadas a la rada de Valencia: falucho Valeroso, falucho Picudo, Obusera nº9, falucho Cornell, jabeque corsario Santa Faz, Falucho corsario Santo Cristo del Grao, Falucho corsario San Antonio, Falucho corsario San Fernando,….

GEORGE EYRE: Sir George Eyre, nació antes de 1782, falleció el 15 de febrero de 1839, fue un oficial de alta graduación de la Royal Navy que prestó servicio durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y las Guerras Revolucionarias Francesas y Napoleónicas, eventualmente ascendiendo al rango de Vicealmirante de la Royal Navy. En el año 1806, George Eyre se unió a la flota del Mediterráneo y estuvo activo frente a la costa de España, apoyando la resistencia española a los franceses. La flota del Mediterráneo ya estaba bajo el mando de Sir Edward Pellew, y Eyre fue enviado a la costa española para apoyar a las fuerzas españolas que luchaban contra los franceses. Eyre estuvo particularmente activo frente a las costas de Valencia y evacuó la guarnición de Oropesa del Mar, ganándose el agradecimiento del general Joaquín Blake.  Al ser ordenado regresar a Inglaterra en 1811, Pellew también escribió una carta privada de agradecimiento, siguiendo su declaración anterior de que "tengo que expresar mi completa aprobación de los métodos del capitán Eyre, y tengo mucha satisfacción de emplear los servicios de ese excelente oficial en ayuda de los patriotas de Valencia". Eyre llegó a Inglaterra en 1812, su salud se había visto afectada por sus cinco años en una estación extranjera, y solicitó y recibió permiso para ir a tierra. Como muestra de sus servicios en el Adriático y fuera de España fue nombrado caballero por el rey Jorge III. Eyre fue nombrado Coronel de Marines el 4 de junio de 1814 y fue nombrado Caballero Comendador de la Orden del Baño tras la expansión de la orden el 12 de enero de 1815. (Bibliografia consultada: Ralfe, James (1.828): "La biografía naval de Gran Bretaña: compuesta por memorias históricas de aquellos oficiales de la marina británica que se distinguieron durante el reinado de Su Majestad Jorge III". London, Whitmore y Fenn,  pág. 390 a 396). 

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

Ralfe, James (1.828): "La biografía naval de Gran Bretaña: compuesta por memorias históricas de aquellos oficiales de la marina británica que se distinguieron durante el reinado de Su Majestad Jorge III". London, Whitmore y Fenn.

ARCHIVO:





Torre del Rey.

Torre del Rey.

Torre del Rey.

Torre del Rey.






viernes, 6 de mayo de 2022

LA VISITA CIENTIFICA A OROPESA DEL POPULAR MARIANO CASTILLO EL EDITOR DEL FIRMAMENTO Y EL CALENDARIO ZARAGOZANO.

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS, FOLKCLORE POPULAR Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, “Crónicas”, “Humanidades”, (Proyecto: “ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DE LA TORRE DEL REY Y EL FARO D'ORPESA/OROPESA DEL MAR.

“DESDE EL FARO DE OROPESA, LA DESCRIPCIÓN DEL ECLIPSE TOTAL DE SOL DEL 18 DE JULIO DEL AÑO 1860, EN LOS TEXTOS DEL ASTRÓLOGO Y METEREÓLOGO MARIANO CASTILLO OCSIERO (CREADOR Y EDITOR DEL FIRMAMENTO Y EL CALENDARIO ZARAGOZANO)”.

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

INTRODUCCIÓ: Este artículo está centrado en los trasiegos y las experiencias de Mariano Castillo, entrañable persona que formaba parte de las delegaciones de físicos, astrólogos y astrónomos llegados a la provincia de Castellón para observar científicamente el eclipse total de sol que se produjo el día 18 de julio de 1860. El eclipse de Sol del 18 de julio de 1860 fue objeto de numerosos preparativos por parte de numerosos astrónomos de diversos países con más de un año de antelación. Varios autores consideran que se trata del primer eclipse solar que generó una preparación concertada internacionalmente, el eclipse solar de 1860 convirtió a España en el centro de peregrinación de los astrónomos más destacados de la época. Mariano Castillo fue el fundador del Calendario Zaragozano una publicación anual muy conocida, popular y necesaria en el mundo rural (para consultar la predicción del tiempo y la meteorología y los ciclos lunares), esta publicación estaba omnipresente en casi todos los hogares de España desde 1840 hasta la actualidad del año 2022.

LA FIGURA DE MARIANO CASTILLO: Mariano Castillo y Ocsiero (nació en Villamayor de Gállego (Zaragoza, España) el 2 de agosto de 1821 – falleció en Villamayor de Gállego, en abril de 1875) fue el astrólogo español más popular por haber publicado las primeras ediciones de El Firmamento en el año 1840, más conocido por "Calendario Zaragozano". Las ediciones de este librito-almanaque poseen siempre el retrato de su autor, dicha publicación perdura ininterrumpidamente desde el año 1840 hasta la actualidad del año 2022. Mariano Castillo realizó sus estudios en Madrid, con el objeto de ganar algún dinero inició las primeras publicaciones que las tituló: "El firmamento". Tras ello al publicarse algunas ediciones se hizo añadir al título: "El verdadero y único legítimo calendario zaragozano para el año de (...), arreglado para toda España". Las predicciones se fundamentaban en el cálculo predictivo de la luna y el sol. El nombre Zaragozano era un homenaje al astrónomo español Victoriano Zaragozano y Zapater nacido en la Puebla de Albortón en el siglo XVI. Fue muy popular en su época, y posteriormente, elaborando almanaques en competencia con Jerónimo Cortés. (Información de Felipe Picatoste y Rodríguez, (1891), Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI, Imprenta de Manuel Tello, Madrid.

EL CALENDARIO ZARAGOZANO: El Calendario Zaragozano es una publicación anual española que incluye una predicción meteorológica no científica del tiempo para un año, así como un almanaque. Este pequeño boletín se edita desde el año 1840 por Mariano Castillo y Ocsiero (es la persona que aparece en la portada de la publicación, y que se anuncia como el "Copérnico español"), e incluye esas predicciones. Ya desde las primeras publicaciones se hizo muy popular, sobre todo entre los campesinos, agricultores y ganaderos. El contenido del pequeño boletín viene indicado por el subtítulo: Juicio Universal meteorológico, calendario con los pronósticos del tiempo, santoral completo y ferias y mercados de España. Es frecuente encontrarlo comercializado en librerías y quioscos. El nombre del almanaque es un homenaje al astrónomo español Victoriano Zaragozano y Zapater que en el siglo XVI elaboraba sus propios almanaques.

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL, TEXTOS DE MARIANO CASTILLO DEL AÑO 1860: La Época (Madrid. 1849). 20/7/1860, n.º 3.738, página 2. A la amistad del Sr. D. Mariano Castillo, persona tan conocida como distinguido escritor y excelente gobernante, debemos esta bella é interesante carta: “FARO DE OROPESA á 18 de julio. ¡Qué magnífico é imponente espectáculo el de hoy! ¡Que cuadro tan indescriptible el que acabo de presenciar! ¡Qué grandiosidad de naturaleza en los momentos de la oscuridad!. Naturalmente se venían á mis labios sin cesar las palabras de Job: “Sic nomen domini benedictum”.

Las montañas de Oropesa, famosas durante las guerras de las germanías de Valencia, y en nuestros días no menos notables por los hechos de armas que tuvieron lugar en los siete años de la civil, han adquirido desde hoy una celebridad más laudable, por lo mismo que, no al estruendo de las armas, sino el movimiento pacífico de la ciencia es el que ha venido á hacerlas visitar.

En medio de una áspera montaña se levanta un elegante faro de Tercer orden, que advierte al navegante a 20 millas los peligros de un cabo muy saliente. Alrededor de este edificio había esta mañana diferentes tiendas de campaña. Una destinada para S. A. el infante duque de Montpensier, que, como príncipe tan distinguido y amante de las ciencias, se le esperaba de Madrid á presenciar el eclipse.

Las otras eran para la comisión científica del Observatorio de San Fernando, compuesta de su distinguido director D. Francisco Márquez y del astrónomo D. Enrique Garrido.  Otra la ocupaban una comisión  de ilustrados marinos, representada por los oficiales D. Manuel Fernández, D. Agustín Serrano Mayoral, D. José Montojo, D. Cecilio Pujazón y D. Simón de Manzanos.

La tercera era de la comisión de astrónomos portugueses, compuesta de los eminentes doctores Rodrigo Ribeiro de Souza Pinto, Jacinto Antonio de Souza y Juan Carlos de Brito Capello.

Independiente de estas, se alzó en un monte otra tienda donde se situaron el célebre frenólogo Cubí y varias personas científicas de Barcelona.

Al redorso del Cabo, había anclados el “Indio”, vapor mercante que había conducido una porción de pasajeros de Barcelona y Tarragona, la goleta de guerra Corzo y el falucho del resguardo Sc¡pion.

La desigual planicie sobre la que se alza el faro, veía se decorada con infinidad de instrumentos ópticos, varios termómetros y barómetros, diferentes cronómetros y muchos aparatos astronómicos. Las comisiones nacionales y estranjeras estaban perfectamente dotadas de cuantos medios ha inventado la ciencia para observar el eclipse. Llamaba, sin embargo, la atención bonito Anemómetro, propio de la comisión portuguesa, que marcaba sin cesar la depresión del aire atmosférico. A las diez y media de la mañana los acordes de la marcha real que resonaban por estos montes, anuncio la llegada al faro de S. A. el duque de Montpensier, acompañado de mi ayudante el coronel Solís y de su secretario el Sr. Cajigal. Con el príncipe, que venía del Desierto de las Palmas, llegaron los gobernadores civil y militar de Castellón, el comandante general del Maestrazgo brigadier Caruana, el diputado provincial Sr. Madramanv, el secretario del gobierno civil, el alcalde de Castellón y algunas otras personas. Las gentes del país corrían por cerros y cañadas á saludar al príncipe, que, en medio de un calor de 29 grados, subía y bajaba cerros como el más esperto cazador. 

Los carruajes habían quedado junto al pueblo de Oropesa.

Sobre la punta del Cabo había una tienda de campaña, y en ella se sirvió al príncipe un espléndido almuerzo, en el que no faltaron helados, vinos, esquisitos dulces y cuanto la galantería del gobernador y diputación provincial pudo sugerirles para obsequiar debidamente al esposo de la buena y virtuosa princesa doña Fernanda.

Después del almuerzo, y aproximándose la hora del eclipse, cada cual fue á ocupar su puesto. Me refiero á las personas científicas. Los curiosos vagábamos de uno á otro punto. Los apuntes que voy á consignar los fui tomando de mis observaciones propias, hechas sin pretensiones de ningún género, pues me considero profano á la ciencia astronómica, y solo recuerdo las ligeras nociones que aprendí en las aulas estudiando física; de manera que esta carta solo refiere las impresiones que me produjo el eclipse en mi cualidad de mero y curioso observador.

La salida del sol, que presenciamos en el vapor “Indio” navegando desde Tarragona á Oropesa, nos hizo temer se aguara la fiesta celeste. Había cerrazón en el horizonte, bastantes nubes al N., aunque por O. estaba claro.

A medida que el astro se elevaba, la atmósfera se limpiaba, y ya a las nueve quedaba muy poco celaje, siempre al Norte. El barómetro marcaba 26 grados Reaumur. El viento era muy tenue al E. N. E.

A la una y 57 minutos de mi reló la temperatura era la siguiente:

Termómetro (sombra) 26,20. Bola húmeda 21,80. Irradiación 110,90. Barómetro 30’022. Termométro unido 78,5.

En dicha hora (1,57' 15’’) empegó a distinguirse el eclipse hacia el O. con los telescopios y con los vidrios ahumados que usábamos los mirones.

El anemómetro marcaba en su esfera la depresión del aire atmosférico 0’26.

 El sol presentó exactamente la figura que de ordinario vemos al mirar la luna cuando empieza en cuarto menguante, teniendo algunas manchas que después desaparecieron.

A las 2,26 se hace ya algo perceptible en la irradiación el tinte pálido de la interposición de la luna, y vuelven á notarse dos manchas hacia la parte oriental.

A las 2,37 la luz va siendo más opaca. La temperatura baja. Viento flojo al E. N. E., nubes al N.

A las 2,45 se ve la mitad del disco eclipsado. El termómetro bajó 2 grados. Se observa una gran depresión en el cuerno alto del sol y varias manchas en la luna.

A las 2,54 se nota más el palidecimiento del sol. Se sostiene la temperatura. El viento siempre flojo sin variar.

A las 5,8 empieza á notarse una marcada oscuridad. Oyese entonces la voz del Sr. Márquez, director del observatorio de San Fernando, previniendo, que nadie hablara ni se moviese del pimío en que en aquel instante estuviera.

Silencio sepulcral, no obstante, los muchos centenares de personas que estábamos re……….

A las 3’10 oscuridad completa. Instantes supremos en que la naturaleza parecía muerta, oyéndose solo la voz del señor director del observatorio, que contaba, y otro apuntaba, los segundos del eclipse que marcaban los cronómetros que tenía delante, iluminados con luz artificial.

A los tres minutos y seis segundos empieza á disiparse la oscuridad. ¡La oscuridad!, Santo Dios, yo no he visto cosa más sublime ni más imponente. Llevad á Oropesa á Apeles, a Rafael, á Murillo, á todos los genios de la pintura y tirarán la paleta confesándose impotentes para sombrear aquel cuadro. Solo Dios, que es grande y poderoso ha podido imprimir á la naturaleza el tinte de que la vimos revestida.

La oscuridad del eclipse no es la que nos figuramos y vemos en una noche más ó menos tenebrosa. No es la oscuridad del crepúsculo, ni tampoco la que conocemos en los cuadros maestros. Era una oscuridad indescriptible, una oscuridad “sui generis”, una oscuridad sublime y majestuosa que infundía, no espanto, sino santo recogimiento, elevación del alma hacia Dios, ante cuyas maravillas no hubo allí uno que no se prosternara confesando nuestra pequeñez y la grandeza del Supremo Hacedor.

Me es imposible describir lo que cada cual sintió durante los tres minutos y seis segundos de la oscuridad eclíptica. Los seres animados é inanimados que nos rodeaban, todo quedó mudo y suspenso en aquella revolución calculada de la naturaleza.

Durante el eclipse vieron se cerca del sol muchas estrellas, resplandeciendo Venus y Júpiter cual en serena y fría noche de enero.

Hacia la parte N. oímos dos truenos efecto de las nubes que siempre estuvieron constantes sobre aquella  parte del horizonte. Después que el sol se cubrió de su resplandeciente foco, el calor subió mucho. Durante el eclipse la temperatura máxima fue 27º grados, la mínima 21º. Las comisiones científicas permanecerán aquí hasta el 23, exclusivamente solas, pues las gentes que han venido de unos y otros puntos se marchan por mar y tierra.

El duque de Montpensier se ha marchado á las cinco para Valencia, en una silla de la casa real.—MARIANO CASTILLO.

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN E. PRADES):

EL FARO LUMINOSO DE OROPESA FUE CONSTRUIDO EN 1857: La Iberia (Madrid. 1854). 7/3/1857, página 3.  Faro. En el cabo de Oropesa, provincia de Castellón, se acaba de construir un faro de luz fija, variada con destellos de 3' en 3' y aparato catadióptrico, que alumbrará desde 1.° de abril próximo (1857). Este nuevo faro tendrá un alcance aproximado de 15 millas y se eleva á 81 pies sobre el nivel del mar.

GRADOS RÉAUMUR: El grado Réaumur (°Ré, °Re) es una unidad de temperatura en desuso. Nombrada en honor de René Antoine Ferchault de Réaumur (1683-1757) que la propuso como unidad en 1731.

Un valor de 0° Réaumur corresponde al punto de congelación del agua y 80° Réaumur al punto de ebullición del agua.

Hacia 1730, Réaumur estudió la dilatación del termómetro de alcohol entre el hielo fundente y el agua hirviendo, y descubrió que un volumen de alcohol de 1000 partes pasaba a 1080, por lo que, tomando como fijos estos dos puntos, dividió su escala en 80 partes.

Por ende, a diferencia de las escalas de Celsius o Kelvin, la graduación de este intervalo corresponde a 80° en la regla de Réaumur. Se asemeja a la escala de grados Celsius en cuanto a que 0° Celsius equivale a 0° Réaumur. Este sistema de temperatura se utiliza en ocasiones para medir la temperatura de los almíbares y los caramelos (Wikipedia).

CALENDARIO ZARAGOZANO DE MARIANO CASTILLO, CONTENIDOS: El calendario incluye una predicción meteorológica-astronómica no científica del tiempo para un año. El contenido del pequeño calendario viene indicado por el siguiente subtítulo: “Juicio universal meteorológico, calendario con los pronósticos del tiempo, santoral completo y ferias y mercados de España”. Tiene un formato de 15x10cm e incluye la siguiente información: -Onomásticas. - Eclipses del año, tanto de Sol como de la Luna y las horas de éstos, y si son o no visibles tanto dentro como fuera de España. - El estado de la luna en cada mes y los signos del zodiaco, así como las horas de influencia de éstos a tener en cuenta para las recolectas de plantas. -Las estaciones del año y cuando será el Perihelio o acercamiento entre el Sol y la tierra, y el Afelio, el mayor alejamiento del Sol de la tierra. Diciendo incluso a qué hora sale el Sol y la Luna cada día del mes, y también cuándo se pone. -Tiene un apartado muy útil para los feriantes en el que se reflejan las fechas de todas las ferias y mercados de España, para poder acudir a la venta o compra de ganado. -Fiestas movibles. -Festivos. -Cómputo eclesiástico. -Témporas. -Citas celebres. -Proverbios y dichos de los mayores. -Refranes que nos hace recordar de forma amena las inclemencias del tiempo en sus épocas del año…..

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

ARCHIVO FOTO-IMAGEN:




lunes, 2 de mayo de 2022

LA VISITA DEL DUQUE DE MONTPENSIER AL MUNICIPIO DE OROPESA EN 1860.

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS, FOLKCLORE POPULAR Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, “Crónicas”, “Humanidades”, (Proyecto: “ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DE OROPESA DEL MAR, DE LA TORRE DEL REY Y DEL FARO DE SEÑALES MARÍTIMAS.

“AÑO 1860: LA VISITA DEL DUQUE DE MONTPENSIER AL MUNICIPIO DE OROPESA DEL MAR, PARA OBSERVAR EL ECLIPSE TOTAL DE SOL DEL 18 DE JULIO DE 1860, DESDE EL FARO DE OROPESA, Y PUNTO DE REUNIÓN DE ASTRÓNOMOS Y FÍSICOS PORTUGUESES Y ESPAÑOLES”.

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

INTRODUCCIÓN: El duque de Montpensier, muy amante de las ciencias, estuvo de visita en Oropesa del Mar, desde donde presenció el eclipse de sol del día 18 julio de 1860, en el monte de la torre del Rey, junto al recién inaugurado Faro de Oropesa. El duque de Montpensier llego a Castellón el día anterior procedente de Madrid, paso la noche en el convento del Desierto de las Palmas.

EL DUQUE DE MONTPENSIER: Antonio María Felipe de Orleans era el duque de Montpensier (Neuilly-sur-Seine, 31 de julio de 1824 - Sanlúcar de Barrameda, 4 de febrero de 1890), fue un príncipe francés, miembro de la familia real francesa, y de la española por matrimonio y por parte de su madre. Era el hijo menor del rey de los franceses Luis Felipe I y de María Amelia de Borbón-Dos Sicilias, princesa de las Dos Sicilias y nieta del rey, Carlos III por su hijo, el infante Fernando. El 10 de octubre de 1846 se celebró su boda con Luisa Fernanda de Borbón en el salón de embajadores del Palacio Real de Madrid, ella contaba 15 años y él 22. En la misma ceremonia, también contraerían matrimonio la reina Isabel II y su primo Francisco de Asís de Borbón.

PERSONALIDAD: (...Antonio de Orleans el duque de Montpensier, tenía porte de noble y gran señor, era grato y apacible, cultísimo y artista, era agradable por su cortesía y llaneza con los visitantes de toda categoría, sin humillar jamás a los más modestos. Frente a la fama de tacaño que le proporcionaba su exhaustiva y magnífica administración, su compasiva generosidad era ilimitada hacia los enfermos o necesitados, personas o instituciones. Como anfitrión, era asimismo espléndido y delicado. De altísima espiritualidad, ponía, sin ser especialmente piadoso, gran celo en el cumplimiento, suyo y de su casa, de las obligaciones religiosas...). Textos del biógrafo “Vicente González Barberán”.

LA VISITA DEL DUQUE DE MONTPENSIER AL MUNICIPIO DE OROPESA DEL MAR, EXPLICADA EN LOS TEXTOS DEL CORRESPONSAL DE PRENSA FELIPE PICATOSTE Y DEL ASTRÓLOGO MARIANO CASTILLO, DESPLAZADOS AL PUNTO DE OBSERVACIÓN DEL FARO DE OROPESA, LOS CUALES COMPARTIERON ALMUERZO Y EXPERIENCIAS CON EL DUQUE Y LOS CIENTÍFICOS:

Felipe Picatoste: "...A las nueve han venido á anunciarnos la visita del duque de Montpensier, que parece ha elejido este punto para observar el eclipse. En efecto, no mucho después hemos descubierto su carruaje, y á derecha é izquierda, y detrás, á todos los habitantes de Oropesa, que vienen tropezando aquí y cayendo allá solo por el gusto de ver un coche. Preceden al duque los individuos del ayuntamiento de Oropesa, presididos por el alcalde. Llegado el duque al Faro, y recibido por el señor Márquez, despidió al ayuntamiento. Estrañé, sobremanera que el cura se pusiera de rodillas, pidiendo á S. A. la mano. El duque de Montpensier, recorrió el campo en que estaban los aparatos, y almorzó en nuestra tienda. Todos le agradecimos el que renunciara hasta la menor ceremonia, de modo, que permanecimos como estábamos; y el duque no impidió que se hiciera ni una sola observación. Apenas concluyó el almuerzo, el señor Márquez, y todos los demás, acudieron á sus puestos para no moverse hasta pasado el eclipse"....

Mariano Castillo: “...En medio de una áspera montaña se levanta un elegante faro de Tercer orden, que advierte al navegante a 20 millas los peligros de un cabo muy saliente. Alrededor de este edificio había esta mañana diferentes tiendas de campaña. Una destinada para S. A. el infante duque de Montpensier, que, como príncipe tan distinguido y amante de las ciencias, se le esperaba de Madrid á presenciar el eclipse”.

Mariano Castillo: "...A las diez y media de la mañana los acordes de la marcha real que resonaban por estos montes, anuncio la llegada al faro de S. A. el duque de Montpensier, acompañado de mi ayudante el coronel Solís y de su secretario el Sr. Cajigal. Con el príncipe, que venía del Desierto de las Palmas, llegaron los gobernadores civil y militar de Castellón, el comandante general del Maestrazgo brigadier Caruana, el diputado provincial Sr. Madramanv, el secretario del gobierno civil, el alcalde de Castellón y algunas otras personas. Las gentes del país corrían por cerros y cañadas á saludar al príncipe, qué en medio de un calor de 29 grados, subía y bajaba cerros como el más experto cazador. Los carruajes habían quedado junto al pueblo de Oropesa. Sobre la punta del Cabo había una tienda de campaña, y en ella se sirvió al príncipe un espléndido almuerzo, en el que no faltaron helados, vinos, exquisitos dulces y cuanto la galantería del gobernador y diputación provincial pudo sugerirles para obsequiar debidamente al esposo de la buena y virtuosa princesa doña Fernanda".

Mariano Castillo: "...El duque de Montpensier se ha marchado á las cinco para Valencia, en una silla de la casa real".

Benito Pérez Galdós: “….Todos los males de la patria provenían del matrimonio de la reina. Habría sido muy acertado casarla con Montpensier, que era gran príncipe, un político de talento, y el hombre más ordenado y administrativo que teníamos en las Españas. Todas las cuentas de su caudal y hacienda las llevaba por Debe y Haber; no dejaba salir nada para vanidades o cosas superfluas y metía en casa todo lo que representaba utilidad. Los que le critican —añadía— por vender naranjas de los jardines de San Telmo, son esos manirrotos que no saben mirar el día de mañana, y viviendo solo en el hoy dan con sus huesos en un asilo. Si viniera una revolución gorda y hubiera que cambiar la monarquía, ninguno como ese para hacernos andar derechos y ajustarnos las cuentas; créanlo, ninguno como ese Montpensier". —Textos de D. Benito Pérez Galdós en su obra "La de los tristes destinos". 

Notas: La obra literaria "La de los tristes destinos" es la décima y última novela de la cuarta serie de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós, escrita en Madrid entre enero y mayo del año 1907, y publicada ese mismo año. Su título hace referencia a la caída y exilio de Isabel II de España.

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN E. PRADES):

ARCHIVO:  OROPESA.

Oropesa.
Oropesa.
 es el pintor del retra
Oropesa.


 Antonio de Orleans (1824-1890),
duque de Montpensier
 
e infante de España.

Federico Madrazo Kuntz (1815-1894)

 es el pintor de este retrato.