sábado, 23 de diciembre de 2023

"AÑO 1859: SUBASTA DE PROPIEDADES DESAMORTIZADAS EN LA RIBERA DE CABANES, UNA CASA DENOMINADA LA VENTA DELS FRARES Y FINCAS DE TIERRAS "

GENTES, COSTUMBRES, FOLKCLORE, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LAS PROVINCIAS DE CASTELLÓN:

EN HOMENAJE A MI TIERRA...

Por: JUAN E. PRADES BEL, “Crónicas”, “Humanidades”. (Proyecto: “ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR… 

"AÑO 1859: SUBASTA POR LA LEY DE DESAMORTIZACIÓN DE UN LOTE DE FINCAS Y TIERRAS DEL HOSPITAL CIVIL DE BENEFICENCIA Y DE LA ANTIGUA CASA-HOSPITAL DE LA ORDEN DE SAN ANTONIO INCLUIDA UNA VENTA-HOSTAL DENOMINADA DELS FRARES TODO EN ALBALAT-LA RIBERA DE CABANES".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

INTRODUCCIÓN TEMÁTICA: En la Ribera de Cabanes, al paso del camino real por los fondos de Albalat, fueron muy famosas la Venta de la Senieta, la Venta de Germán (actual) y la antigua Venta de San Antonio, esta conocida también como Venta dels Frares, llamada así por ubicarse este hostal en la antigua casa-hospital que perteneció hasta el año 1791 a los Padres Hospitalarios Antonianos, monjes que dedicaron los frutos de dichas propiedades y sus esfuerzos devotos y personales a curar y amparar a todos aquellos necesitados y lisiados que sufrían de enfermedades y epidemias, y en especial muy dedicados a combatir el ergotismo, enfermedad muy grave denominada fuego de San Antonio que era causada por un hongo parásito denominado "Claviceps purpurea". En el año 1791 por Bula Papal de Pio VI las propiedades de la Orden Hospitalaria de San Antonio pasan a manos de la Orden de Malta. Las fincas y la casa-hospital de los monjes Antonianos de Albalat posteriormente pasan a pertenecer al Hospital civil de la ciudad de Valencia y a la Beneficencia

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL (Sic): 

(Documento 1º, fechado en el año 1859):   

AÑO 1859. Venta de bienes desamortizados.

Gaceta de Madrid: núm. 201, de 20/07/1859, páginas 1 a 3. PROVINCIA DE CASTELLON. Por providencia del Sr. Gobernador civil de la provincia, y en virtud de las leyes de 1.° de mayo de 1855 y 11 de julio de 1856 é instrucciones para su cumplimiento, se saca á pública subasta, en el día y hora que se dirá, la finca siguiente:

- Remate para el día 28 de julio próximo, ante el señor Juez y Escribano mencionados.

- BIENES DE CORPORACIONES CIVILES. Beneficencia:— Rústicas.

- PARTIDO DE CASTELLON. Cabanes. Mayor cuantía.

- Número 271 del inventario.— Una tierra y marjales y secano de pan llevar, de varias clases; de la secano hay 15 hanegadas, ó sean 124,66 centiáreas que reciben el riego de una noria que contiene, y de la restante parte es inculta, como también una porción de sus marjales; contiene una casa-Venta denominada Dels Frares, en mediano estado de solidez, contigua á la carretera general de Valencia á Barcelona, que pasa por esta finca, cuya área solar es de 1.240 varas cuadradas (866,44 centiáreas), y se compone de planta baja, principal y segunda; es parte de esta misma finca un trozo de tierra secano de 7 hanegadas, 100 brazos (62,33 áreas) separado de ella á poca distancia, que linda al Este, con José Ibáñez, al Norte, con Vicente Añó y al Sur con José Fabregat. Su área total es de 199 hanegadas, igual á 1.653,88 áreas; procede del hospital civil de la ciudad de Valencia, y se sitúa en el término de Cabanes y su partida de Albalat: linda al E. el prado, al O. Francisco Bernat, al N. Manuel Calatrava, Pascual Lozano, Vicente Soliva y Vicente Bernat, y al S. Miguel Rivera y José Casañ, y contiene 46 algarrobos, 19 olivos, 10 almendros, 11 higueras y 6 moreras; la lleva en arrendamiento Vicente Peñalver por la cantidad anual de 2.370 reales, que da la capitalización de 56.325 reales, y ha sido tasada en venta por los peritos en 64.993 reales, y 90 céntimos, tipo para la subasta.

ADVERTENCIAS.

1ª. No se admitirá postura qué no cubra él tipo de la subasta.

2ª. El precio en que fuesen rematadas las fincas, qué se adjudicarán al mejor postor, se pagará en 10 plazos  iguales de á 10 por 100 cada uno. El primero á los 15 días siguientes al de notificarse la adjudicación, y los  restantes con el intervalo de un año cada uno, para que en nueve quede cubierto todo su valor, según se previene en la ley de 11 de Julio de 1856.

3ª. Las fincas de mayor cuantía del Estado continuaran pagándose en los 15 plazos y 14 años que previene el artículo 6.° de la ley de 1º. de Mayo de 1855, y con la bonificación del 5 por 100 que el mismo otorga á los compradores que anticipen uno ó más plazos, pudiendo este hacer el pago del 50 por 100 en papel de la Deuda pública, consolidada ó diferida, conforme lo dispuesto en el art. 20 de la mencionada ley.

- Las de menor cuantía se pagarán en 20 plazos iguales, ó lo que es lo mismo durante 19 años.

- A los compradores que anticipen uno ó más plazos no se les hará más abono que el 3 por 100 anual; en el concepto que el pago ha de ejecutarse al tenor de lo que se dispone en las instrucciones de 31 de Mayo y 30 de Junio de 1856.

4ª. Según resulta de los antecedentes y demás datos qué existen en la Administración de Propiedades y Derechos del Estado de esta provincia, las fincas de que se trata no se hallan gravadas con carga alguna; pero si apareciese posteriormente, se indemnizará al comprador en los términos que en la ya citada ley se determina,

5ª. Los derechos de expediente hasta la toma de posesión serán de cuenta del rematante.

6ª. A la vez que en esta capital, se celebrará otro remate en él mismo día y hora en Madrid y Morella.

Lo que se anuncia al público para conocimiento de los que quieran interesarse en la adquisición de las fincas insertas en el precedente anuncio.

NOTAS.

1ª. Se consideran como bienes de corporaciones civiles los de Propios, Beneficencia é Instrucción pública, cuyos productos no ingresen en las Cajas del Estado, y los demás bienes que bajo diferentes denominaciones  correspondan á las provincias y á los pueblos.

2ª. Son bienes del Estado los que llevan este nombre, los de Instrucción pública superior, cuyos productos ingresen en las Cajas del Estado, y los del secuestro del ex-lnfante D. Carlos.

Castellón 11 de Junio de 1859.= El Comisionado de Ventas, Francisco de Vaquer.

(Documento 2º, fechado en el año 1855):   

LEY DE DESAMORTIZACIÓN DE PASCUAL MADOZ (1855).

TÍTULO PRIMERO.- Bienes declarados en estado de venta, y condiciones generales de su enajenación.

Artículo 1.- Se declaran en estado de venta, con arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de las cargas y servidumbres a que legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: 1. Al Estado; 2. Al clero; 3. A las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de Jerusalén; 4. A las cofradías, obras pías y santuarios; 5. Al secuestro del ex Infante D. Carlos; 6. A los propios y comunes de los pueblos; 7. A la beneficencia; 8. A la instrucción pública. Y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores.

Artículo 3.- Se procederá a la enajenación de todos y cada uno de los bienes mandados vender por esta ley, sacando a pública licitación las fincas o sus suertes a medida que lo reclamen los compradores, y no habiendo reclamación, según lo disponga el Gobierno; verificándose las ventas con la mayor división posible las fincas, siempre que no perjudique a su valor.

Artículo 12.- Los fondos que se recauden a consecuencia de las ventas realizadas en virtud de la presente ley, exceptuando el 80 por 100 procedente de los bienes  de propios, beneficencia e instrucción pública, se destinan a los objetos siguientes: 

1. A que el Gobierno, cubra por medio de una operación de crédito el déficit del presupuesto del Estado, si lo hubiere en el año corriente; 

2. El 50 por 100 de lo restante, y el total ingreso en los años sucesivos, a la amortización de la Deuda pública consolidada sin preferencia alguna, y a la amortización mensual de la Deuda amortizable de primera y segunda  clase, con arreglo a la ley del 1 de agosto de 1851; 

3. El 50 por 100 restante a obras públicas de interés y utilidad general, sin que pueda dársele: otro destino bajo ningún concepto, exceptuándose 30.000.000 de reales que se adjudican para el pago de las consignaciones que hasta la fecha tenga hechas el Gobierno de S. M. con destino a la reedificación y reparación de las iglesias de España. 

Aranjuez, a primero de mayo de mil ochocientos cincuenta y cinco. Yo, LA REINA.- El Ministro de Hacienda, Pascual Madoz.

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN EMILIO PRADES):

- Casa-hospital, encomienda dependiente, lugar, territorio y rentas de la dignidad de encomienda.

- Medidas totales de la finca 199 hanegadas x 833,33 m2 = 165.833 m2 o 16,58 hectáreas).

- Medidas estimadas de la antigua casa-hospital denominada la Venta dels Frares de San Antoni en La Ribera de Cabanes: aprox. 866 m2, planimetría rectangular con unos 24x36 metros de lados.

- Funciones de la antigua Casa-hospital y la encomienda dependiente, pertenecientes a la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Antonio, que estuvieron ubicados en la Ribera de Cabanes: 

- En el año 1093 se funda en Francia, en la localidad de Vienne, la Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, también conocidos como los Hospitalarios u Orden de los Antonianos cuya misión era cuidar a los enfermos de peste, lepra y escorbuto, epidemias que en ese momento azotaban Europa, y paliar los efectos del ergotismo, una terrible y misteriosa nueva enfermedad. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio fue reconocida formalmente por el Papa Bonifacio VIII en 1297 bajo la regla monástica de San Agustín, ligándola directamente a la autoridad de la Sede Apostólica.

- Las Casas-hospitales de los Caballeros del Hospital de San Antonio (encomiendas dependientes). Desde 1095 y hasta el siglo XVI se fundaron cerca de 400 hospitales por toda Europa. Un hospital medieval cumplía tres funciones: hospicio para pobres, albergue de peregrinos y  hospital en el sentido actual, un lugar donde se cuidaba de los enfermos y los convalecientes; los hospitales de los Antonianos se especializaron en el Fuego de San Antonio. A partir del siglo XVII comienza a decaer su importancia y, en el siglo XVIII, cuando la enfermedad retrocede, la orden de los Antonianos declina. Una Bula del Papa Pio VI la fusionaba con la actual Orden de Malta, desapareciendo la orden de los Antonianos de toda Europa.

- Los Hermanos Hospitalarios de San Antonio (en latín Canonici Regulares Sancti Agustini Ordinis Sancti Antonii Abbatis, Canónigos Regulares (de San Agustín) de la Orden de San Antonio Abad o CRSAnt), también conocidos como Orden de San Antonio o Antonianos, fueron una congregación católica fundada, con el propósito de cuidar de aquellos que sufrían la enfermedad del ergotismo, muy común por entonces y llamada fuego de San Antón.

- El fuego de San Antonio, denominación popular del ergotismo, fue una epidemia que asoló la Europa medieval a consecuencia de una intoxicación alimentaria provocada al ingerir pan de centeno, cuya harina estaba contaminada por ergot, un hongo parásito denominado Claviceps purpurea que suplantaba los granos de algunos cereales, especialmente el centeno. El pan de centeno, negro o de los pobres, era bien diferente del pan blanco hecho con harina de trigo, y más caro (pan de los ricos). Desde el siglo IX, Europa (fundamentalmente Francia y Alemania) padecieron frecuentes epidemias, cuya intoxicación producía convulsiones y delirios (ergotismo convulsivo) o pérdida de las extremidades (ergotismo gangrenoso), con una mortalidad de hasta el 20 % de los afectados. 

Autor: Francisco Lozano Sánchez, Servicio de Angiología y Cirugía Vascular, Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA). Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL). Universidad de Salamanca (USAL) (España).

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

ARCHIVO FOTO-IMAGEN: 

Fotografías cedidas por J. E. Prades Bel.








miércoles, 28 de septiembre de 2022

RELATO LITERARIO "EL ANOCHECER", ORPESA/OROPESA DEL MAR.

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por:  JUAN E. PRADES BEL, Humanista (Proyecto: "ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE ORPRESA//OROPESA DEL MAR (CASTELLÓN).

"EL ANOCHECER", UN RELATO LITERARIO PUBLICADO EN EL AÑO 1860, CENTRADO DESCRIPTIVAMENTE EN LA VIDA DEL AÑO 1834 EN EL ESCENARIO FÍSICO DE OROPESA DEL MAR Y SU LITORAL MARÍTIMO ". 

INTRODUCCIÓN: El escenario descrito por el autor del siguiente relato literario, está centrado en tiempos de primavera del año 1834, y en el término municipal de Oropesa del Mar y en su costa litoral marítima.

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL, AÑO 1860: "MUSEO DE LAS FAMILIAS" PERIÓDICO MENSUAL PUBLICADO Y DIRIGIDO POR MELLADO. SEGUNDA SERIE—AÑO DECIMO OCTAVO. PERIÓDICO MENSUAL PINTORESCO, página 231-234. Museo de las familias (Madrid) "El anochecer" publicado en el año 1860. Escenario del relato Oropesa del Mar.

“EL ANOCHECER”. FRAGMENTO DE UN LIBRO INEDITO. II. Era, pues, una tarde de junio, en ese Mediterráneo de lenta ondulación, de tranquila y cristalina superficie, que le agita algunas veces, como si el inmenso lago quisiera recordar que su dulzura es voluntaria; como si quisiera decir á cuantos le habitan: puedo igualaren fuerza y magestad á todos los mares.

Un bergantín genovés cortaba á la altura de Oropesa aquellas aguas voluptuosamente juguetonas, favorecido por una brisa N. O., á la cual se mezclaba de tarde en larde el soplo caliente del viento de las costas».

Cruzó junto al bergantín una barca pescadora.

Los pocos hombres que tripulaban la embarcación genovesa, diseminados entonces sobre cubierta, llamaron gritando al patrón de la lancha, que se acercó á fuerza de remo hasta tocar con su barquilla las planchas del bergantín. 

Mediaron entre los de arriba y los de abajo algunas palabras, y poco después cayó un cofre de madera en la barca del pescador y una moneda de oro en la palma callosa de su mano. Un joven se deslizo al mismo tiempo del bergantín a la barquilla, y el barco genovés, tomando mar poco á poco, continuó muy luego su rumbo hacia Cartagena, mientras la ligera barca, izando su vela, la vela latina, caminaba rápidamente hacia tierra.

El sol comenzaba á ocultarse tras de las montañas, cuyos picos caprichosos protegen de los cierzos las floridas bahías de aquella costa. Perdíase, poco á poco entre las brumas del horizonte el casco del bergantín genovés, y continuaba la barca pescadora su marcha ligera y suave, únicamente dirigida por un niño de quince años, cuyos pies desnudos se apoyaban en un cesto de mariscos. El patrón de la barquilla, sentado tranquilamente en las tablas dé la popa, reflexionaba sin duda sobre la inesperada ganancia de aquella tarde, mirando con disimulada curiosidad el rostro y el trage de su pasagero.

Era aquel nuevo huésped de la lancha un joven alto y moreno, que apenas frisaría en veinte y cuatro años; cubría su cabeza un sombrero bajo de fieltro, echado hacia atrás, como lo usan los marineros, y dejando descubrir una frente severa y despejada, muy en armonía con una mirada penetrante y modesta, que probaba en aquel hombre una prematura reflexión.

A veces cruzaba por los ojos del recién llegado un relámpago de entusiasmo ó de alegría, que iluminaba toda su cara, y le imprimía un aspecto dominador; parecía en aquellos instantes que, seguido de mil embarcaciones, caminaba á la conquista de la dicha; luego se fruncía lentamente su entrecejo, como si desconfiara de sus propios pensamientos, y continuaba severo y mudo, de pie, en medio de la barca, recibiendo con ansia satisfecha aquellas ráfagas de aire perfumado y tibio, que la tierra mezclaba de vez en cuando á las brisas ligeras del mar.

Las olas aumentaban sus rizos sonoros, á medida que la lancha se acercaba á tierra; el Mediterráneo se mecía dulcemente en su lecho gigantesco; el sol se despedía de las aguas, lanzándolas los últimos reflejos, que besaban al bajar de las alturas la cortina de naranjos, higueras y granados, extendida en aquel sitio hasta la arena de una playa pacífica y desierta.

La barquilla, dominada como un juguete por el niño pescador, acortaba su marcha al entrar en aquel puerto misterioso, reservado por la naturaleza para la humildad de tal embarcación; y estasiado en el dulce silencio de la tarde miraba el incognito viagero las flores silvestres, derramadas con pródiga riqueza por aquel jardín oriental. Un gilguero, posado á pocos pasos sobre la copa de una palmera, lucia sus trinos flauteados; las olas se empujaban afanosas en la eterna tarea de escapar á su freno de arena, y resbalaban después suspirando, sobre sus perezosas hermanas. Nada interrumpía la calma grandiosa de aquel paraje, cuyo perfume dilataba con inefable sensación el rostro del recién llegado, mientras se deslizaba de sus ojos una lágrima sola y desapercibida.

Tocó la barca el límite de aquella alfombra azulada que se agita continuamente entre África y Europa. Bajó al agua el patrón, y arrastró la barquilla hasta encallarla en la arena. Pocos instantes después estaba en tierra el viagero.

—Hasta mañana con el cofrecillo, gritó volviéndose hacia la lancha; y arrojando á su fondo una propina, penetró por el bosque de naranjos, como quien pisa terreno conocido.

Caminó algún tiempo con paso seguro, aunque ligero, oyendo sin volverse la música imponente y majestuosa que se llama mugido del mar. Luego comenzó á variar de fisonomía, y poco á poco perdió su serena impasibilidad.

Las precoces arrugas de su frente dejaron lugar á una candorosa sonrisa: su marcha se hizo rapidísima para cesar de vez en cuando repentinamente. Entonces cambiaba el joven de frente, y buscando entre los árboles un hueco, dirigía su vista hacia el mar, que limitaba con su azulada estensión aquel melancólico paisage. Después volvia á marchar con prisa creciente; se paraba otra vez en cada recodo de la senda que atravesaba aquellas huertas, y escuchaba arrobado el canto de los mirlos ó el gorgeo de un ruiseñor, mezclado al susurro de los árboles. Parecía que aquel joven sereno se había convertido en niño.

Anduvo de tal suerte hasta llegar á la primera colina. Allí se detuvo nuevamente; miró con estasis melancólico la vegetación, que se ostentaba ante su vista hasta la misma orilla del Mediterráneo; vagó por sus labios una sonrisa de dicha, al mismo tiempo que otra lágrima, arrancada quizás por un recuerdo de la infancia, se desprendía de sus ardientes ojos; y con aquel paso incierto y desigual, comenzó a subir por la verde pendiente, pegando en sus rodillas con el sombrero que llevada cogido por el ala, mientras ahuecaba su cabello descuidado aquel viento singular y abrasador que había notado en la barquilla.

Unas veces se inclinaba delante de sus pies para percibir el aroma de un jacinto silvestre, cuyo tallo se doblaba sobre la orilla de la senda; otras, recogía con íntima satisfacción esos rumores indescriptibles y suaves que pueblan la soledad de los campos; luego se paraba para juzgar por lo que había caminado lo que aún le faltaba caminar, y comenzaba, sin saberlo él mismo, un canto pausado y cadencioso, parecido á las playeras andaluzas.

De pronto volvió la vista á su alrededor, como si le faltara alguna cosa en aquella esplendidez de luz, de aromas y de armonías; y su mirada, dirigida primero á todas partes con igual inquietud, se paró tenazmente en una de las blancas cabañas habitadas por los campesinos de aquellas huertas. Observó muy despacio la pobre y pintoresca casa; miró luego la de más allá; se fijó después en otra reducida habitación, que ocupaba el centro de un cercado de cañas; buscó por último con la vista en todas las huertas, en todo; aquellos cuadros que se prolongaban entre el mar y la colina, ocupando el cuarto de legua que acababa de atravesar.

Ni un hombre, ni un niño, ni una sombra de persona se descubría en aquella estension, otras veces tan poblada. Pacían acá y allá algunos caballos; se descubrían algunas vacas, cerca de la última casa; se oía la campanilla de una cabra abandonada al pie de la misma colina; pero ni un pastor, ni un guarda, ni un ser humano hallaba la mirada del inquieto joven.

Continuó subiendo con celeridad, porque el sol dejaba ya muy atrás sus pasos, y cuando al seguir las vueltas de la senda por donde caminaba llegó á encontrarse sobre el techo puntiagudo de una de aquellas rústicas y blancas casas, gritó con toda la fuerza de sus pulmones: —¡Eh! María.

Y su voz, estendida por la florida llanura, se perdió poco á poco entre el ruido de los árboles. Y cuando afanoso y conteniendo el vaivén de su respiración esperaba el ruido de otra voz, oyó tan solo el rumor majestuoso de las olas, que llegaba purísimo á la altura de la colina. Y cuando buscó con los ojos algún movimiento causado por su grito, percibió' solamente á lo lejos un punto negro que marcaba sobre la superficie azulada del mar la barca que le había conducido, trabajando á la sazón por doblar la punta de Oropesa.

Entonces se arrepintió del premeditado silencio que había guardado en la barca; buscó inútilmente en su imaginación la causa de aquella soledad, y poseído de una inquietud creciente, caminó largo rato con mucha rapidez.

Piso por fin la meseta de la colina. Recobró la animación como si en aquel punto ya todo le inspirase confianza, y acortó su marcha un instante para deleitarse en el panorama que descubría al suave crepúsculo de la tarde: para saborear poco á poco aquella perspectiva consoladora.

Era en verdad, estraño y ameno el ancho valle que comenzaba en aquel lado de la colina. Sobre una ilimitada capa de verdura, destacaban sus blancas paredes numerosas casas, esparcidas sin orden, unidas unas veces, y separadas otras por mil árboles de géneros y aspectos distintos. Ostentaban algunas la altura de sus dos pisos, saliendo atrevidas del fondo de una pradera jaspeada de dalias y claveles; otras más modestas, solo levantaban del piso un mirador rodeado de jazmines, que dominando la colina, se convertía en un balcón sobre el Mediterráneo; las había, en fin, aun más humildes, cuyas bajas ventanas, cubiertas de enredaderas y pasionarias, se abrían únicamente sobre el campo que las cercaba, como si su techumbre, escondida entre los árboles, debiera recordar que solo en aquel terreno querían vivir sus ignorados dueños.

Al otro lado de la cuenca, ocupaba la falta de una montaña un pueblo colocado sobre el risueño valle, como un señor natural, y bañado por el mismo arroyo, cuyos cristales alimentaban la varia vegetación del paisage. Pero aquel pueblo que se presentaba reclinado con orgullo sobre la falda del pequeño monte, como descansa un conquistador sobre sus coronas, fe veía humillado á su vez por una torre blanquísima, que levantaba su aguja y su cruz hasta la altura del humilde cerro.

El joven caminante, á pesar de su inquietud, á pesar de la escasa luz que ya podía disfrutar, sintió al descubrir aquel nuevo horizonte una indescriptible conmoción que se reflejó un instante en su cara.

Pero apenas había detenido la vista en los accidentes del pintoresco valle, apenas había fijado sus miradas en una casa del inmediato pueblo, cuando aumentó repentinamente su ansiedad, y comenzó de nuevo su marcha entrecortada, aunque rápida.

Y era que en aquel campo faltaba también hasta la sombra de un ser humano; y que allí no se percibían siquiera aquellos escasos restos de ganados que el joven había mirado en la playa; y era que en aquella hora del anochecer, que tantos ruidos, que tanta animación, que tanta y tan grata vida presenta en los valles, no se descubría entonces una sola familia que se retirara, ni un pastor que recogiera cantando su ganado, ni un campesino que volviera tranquilo al hogar.

El valle estaba solo; pesaba sobre su aspecto la falta del hombre, del impulso constante de la tierra, del segundo removedor de la naturaleza terrestre. Las mismas aves habían huido y yacían exánimes en sus nidos.

La luz de la tarde no había desaparecido por completo; pero un manto canicular, una nube cargada y opaca cubría la atmósfera entera, y sin oscurecerla totalmente la daba un aspecto lúgubre, abrumador, siniestro.

El joven, convertido en niño, se sintió profundamente angustiado; anublóse su rostro espresivo y comenzó á correr por aquella pendiente mirando á todas partes como si alguno le persiguiera; respirando con trabajo, serenándose  medías para buscar el rastro ó la imagen de un ser amigo y continuando luego su incierta marcha.

Así atravesó todo el valle, llamando en cuantas casas hallaba, mirando por todas las ventanas, indagando sin fruto y con ansia indecible.

Cuando solo le faltaban cien pasos para entrar en el pueblo de la blanca torre, se detuvo un momento ilusionado con una ligera esperanza.

—Ya comprendo, dijo en voz alta, hablando consigo mismo; fiesta en Oropesa, ó la de Alcalá.

—¿Pero habían de marcharse todos, todos?...

Y antes de que pudiera contestar á aquella sensata objeción de su instinto, llegó á sus oídos el tañido de las campanas que en lo alto de la blanca torre doblaban fúnebremente.

Se heló sobre el rostro del mancebo el sudor que cabría su frente, contrajéronse sus varoniles facciones, y con paso más lento caminó al pueblo procurando dominar el pavor que asomaba tenaza su fisonomía.

Entró por fin en la primera calle cuando caían sobre las paredes las últimas y melancólicas tintas del crepúsculo.

No reparó en la soledad de aquel sitio; no vacilaron sus pasos detenidos como en la colina por gratos recuerdos, no volvió la mirada hacia el mar que desde allí se descubría en lontananza como movible sábana de niebla.

Pasó delante de una puerta cerrada, luego de otra, y de otra, y de otra. Clavó la vista en el cielo como para pedirle que no despedazara su alma con la esplicación de aquel misterio. Y solo una atmósfera pesada, oscura, tristísima; esa atmósfera que cubre la tierra siempre que la Providencia descarga sobre ella una de sus desgracias, cuyo sello está desde que llegan en toda Ja creación. Y solo percibió entre aquella capa de aire opaco y caliente el sonido acompasado y lento de las dos campanas que á largos intervalos formaban combinadas el quejido metálico del toque mortuorio.

Pero era hombre al fin; era joven, y por muchos augurios fatales, por muchos presentimientos de desdicha que sintiera y tocara en torno suyo, no podía detenerse ni retroceder.

Había en su alma, por otra parte, un impulso superior á la fuerza del miedo y á la de todos los impulsos humanos: amaba.

Se acercó, pues, pálido á la quinta casa de aquella solitaria calle; levantó presuroso el pestillo de una puerta más aristocrática que sus vecinas, y dejándola del todo abierta penetró sin vacilar en el zaguán.

—Dolores, gritó con voz angustiosa, Dolores... Lola.

Pero nadie contestó á su grito.

Entró en una sala baja cuya puerta halló franca ante sus pasos; subió luego al piso superior, atravesó gabinete y alcobas, salió por un pasillo á la azotea cubierta de tiestos que daba sobre una huerta á la parte posterior de la casa. Todo lo halló perfectamente colocado, con ese orden limpio y humilde que rebosan las buenas habitaciones campestres; todo estaba en su puesto como si la vida se hubiera retirado un momento antes de aquella casa.

Pero todo estaba solo, abandonado, desierto.

Erizóse, poco á poco el cabello del mancebo, desencajóse su rostro por completo, y dominando apenas el pánico terror que le poseía, acercóse meramente al pico de la escalera y grito con voz acongojada:

—¡Jorge!... ¡María! ¡Lola, Lola!.

Pero solo el eco respondió en el cielo de la sala baja como pudiera en el fondo de una caverna... Lola...

Helóse la sangre en las venas del recién llegado y dio un paso para bajar el primer escalón.

Al mismo tiempo, una de aquellas brisas del Mediterráneo que dominaban a veces el viento de Occidente, cerró con violencia la puerta de la calle.

El joven tembló al escuchar aquel golpe que le encerraba en la desierta casa, y dejando caer su sombrero, bajó las escaleras corriendo como si le persiguiera la sombra de la muerte.

Atravesó el zaguán con paso rápido y su rostro descompuesto, abrió la puerta temblorosamente y dio el primer paso en la calle solitaria.

El médico del pueblo atravesaba entonces aquella calle. —¿Qué hay?... ¿dónde? le preguntó el joven, asiéndole por un brazo y sin poder coordinar sus palabras…

— ¡Mal, mal, el cólera crece! , contestó desprendiéndose el médico. Y continuó su camino, mientras el joven desfallecido, caía sobre el banco de piedra colocado delante de la casa. Y Seguían las campanas su lúgubre toque. Era ya totalmente de noche.

MUSEO DE LAS FAMILIAS. SEGUNDA SERIE. — 1860. AÑO XVIII. 30.

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN EMILIO PRADES):

Referencias citadas: bergantín genovés; brote de cólera de 1834; puerto misterioso, reservado por la naturaleza para la humildad de tal embarcación;...

Vegetación citada: palmera; jacinto silvestre; bosque de naranjos; la cortina de naranjos, higueras y granados, extendida en aquel sitio hasta la arena de una playa pacífica y desierta; pradera jaspeada de dalias y claveles; otras más modestas, solo levantaban del piso un mirador rodeado de jazmines,... 

El Jacinto silvestre (Hyacinthoides non-scripta) es una planta herbácea (altura máxima de unos 40 centímetros) perenne y bulbosa de flores azules o blancas campaniformes, que florecen entre marzo, abril y mayo.

MUSEO DE LAS FAMILIAS, PERIODICO MENSUAL. El Castellano (Madrid). 12/1/1846. MUSEO DE LAS FAMILIAS, PERIODICO MENSUAL. Cada número consta de 48 columnas de impresión en 4.º marquilla, tan compacta que equivale en lectura á un lomo regular. Se reparte el 25 de cada mes desde enero de 1843, con su bonita cubierta de color, en la que se insertan anécdotas y anuncios. Los doce números del alto forman un tomo, para el cual se dan índices, portadas y cubiertas. Los artículos del Museo escritos la mayor parle por nuestros literatos más célebres ó traducidos de las revistas extranjeras más acreditadas, versa en todos sobre las siguientes materias: historia, poesía, novelas, viajes, costumbres, causas célebres, historia natural, biografía, industria, bellas artes &c. La mayor parte de los artículos van adornados con primorosos grabados, y la impresión y papel es de lo más esmerado y exquisito. Se suscribe al Museo á razón de 3 reales al mes en Madrid y 30 por un año, en el gabinete literario calle del Príncipe, y 12 reales, por trimestre en las provincias y 40 por un año, en casa de todos los corresponsales del Sr. Mellado, director y editor de este periódico. Todos los que se suscriban y paguen de una vez el año 1846 antes del 31 de enero de dicho año, recibirán gratis la Galería de la literatura española. 

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

ARCHIVO FOTO-IMAGEN: OROPESA DEL MAR EL ESCENARIO REAL DE "EL ANOCHECER", 100 AÑOS DESPUÉS.










Oropesa del Mar, año 1811

Oropesa del Mar, año 1811



 

domingo, 5 de junio de 2022

EL CALVARIO Y LA ERMITA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA AGONÍA Y DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE CABANES.

GENTES, COSTUMBRES, FOLKCLORE, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, “Crónicas”, “Humanidades”. (Proyecto: “ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temática): LOS NOMBRES DE LOS TERRITORIOS Y LOS PAISAJES...

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE CABANES, LA RIBERA Y TORRELASAL.

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DE LA PLANA DEL CASTILLO DE ALBALAT, DESDE EL CASTILLO DE XIVERT AL CASTILLO DE OROPESA DEL MAR.

"EL CALVARIO Y LA ERMITA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA AGONÍA Y LA VIRGEN DEL ROSARIO, PERTENECIENTES AL MUNICIPIO DE CABANES".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

(1). INTRODUCCIÓN: El Calvario de Cabanes se halla al sur de la población, en las afueras del municipio, al final de la calle del Calvario, el calvario se encuentra separado del casco urbano antiguo por el cauce del "Barranco del Ramachol" que pasa bordeando la parte Norte del recinto del Vía Crucis. El Calvario de Cabanes es un gran conjunto monumental que esta cerrado perifericamente por una alta valla construida de pared de piedra y mamposteria que rodea el lugar sagrado. Este conjunto monumental cristiano, se erige sobre una pequeña elevación montañosa que corona el municipio, el conjunto monumental incluye las capillas del Vía Crucis (hornacinas antiguas de cruces y capillas modernas), el cerramiento mural perimetral, los típicos cipreses de calvario y la Ermita del Santísimo Cristo de la Agonía, ubicada en la parte más alta del Calvario.

(2). CALVARIO, DIMENSIONES: La devoción que durante el siglo XVIII se despertó en la región valenciana hacia la Pasión de Cristo motivó que los vecinos de Cabanes emplazaran su nuevo y amplio Calvario al aire libre alrededor de la vieja ermita de la Virgen del Rosario, donde adosado estaba el antiguo calvario. El recinto del Calvario actual es de grandes dimensiones, con una superficie total que supera los 7000 metros cuadrados.

(3). HISTORIA: La ermita del Calvario de Cabanes, fué construida a finales del siglo XVI (1575), estaba dedicada originalmente a la Virgen del Rosario. Alrededor del monte del Calvario de Cabanes, y de la ermita fue en el año 1811 campamento del ejército francés y sus muros el escenario de paredón para fusilamientos de los prisioneros de la resistencia española, llevados a cabo por las tropas napoleónicas del mariscal Suchet (Louis-Gabriel Suchet), las columnas del general Harispe, por las tropas del general Compère y por el comandante Ronfort al frente del Batallón 114, las cuales se agruparon en Cabanes. Antes de abandonar la población de Cabanes, las tropas francesas y los mercenarios afrancesados, incendiaron este templo. Terminada la guerra de Independencia (1808-1814), la ermita en ruinas se mantuvo inutilizada durante años, posteriormente se repararon los daños que causo el incendio intencionado del edificio por los franceses, para revestirla de nuevo se utilizaron materiales recuperados de la abandonada Ermita del castillo de Miravet, pero no se cuales, y desde entonces se cambió la advocación de la ermita al de Cristo de la Agonía. En 1853 se dedicó al Santísimo Cristo de la Agonía, una talla que al poco tiempo se trasladó a la parroquia en rogativa debido a las terribles epidemias de cólera que afectaron a Cabanes entre 1855 y 1885. Tras la guerra civil 1936-1939 y la posguerra (1939-1950), el 12 de febrero de 1961 se bendijeron las estaciones del Vía Crucis y se dedicaron dos de las capillas a la Virgen del Rosario y a San Vicente Ferrer. En 1975, como conmemora una placa a la entrada de la ermita, se conmemoró el IV Centenario de su construcción.

(4). MEMORIAS DEL MARISCAL SUCHET: Texto original: "Le maréchal poursuivint sa marche par Cabanès, et s'y mit en communication avec la colonne de Morella. Le 20 avant d'arriver à Castellón de la Plana, la colonne du général Harispe fut également ralliée vers Villafamés".

Traducción: "El mariscal (Suchet) prosiguió su marcha por Cabanes, y se puso allí en comunicación con la columna de Morella (del general Compère). El día 20, antes de llegar a Castellón de la Plana, la columna del general Harispe también se reunió hacia Villafamés". Louis-Gabriel Suchet: “Mémoires du Maréchal Suchet, Duc d'Albufera, sur ses campagnes en Espagne, depuis 1808 jusqu'en 1814 / écrits par lui-même”. Edité par A. Bossange : Firmin Didot. Paris – 1828.

(5). DESCRIPCIÓN: La ermita del Calvario es un templo sencillo, de planta rectangular y con tejado cubierto de tejas vertientes a dos aguas, destaca en ella su elegante espadaña de piedra, la fachada principal se abre al recinto del Calvario, tiene casa del ermitaño.

(6). FIESTAS, TRADICIONES: La Romería de les Santes pasa por este lugar a su regreso de la ermita poco antes de entrar a la villa. Misa-procesión a la ermita en Semana Santa, el Jueves Santo.

(7). ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN E. PRADES):

1). CALVARIO, DEFINICIÓN POR LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA: (1). Camino señalado con cruces o altares, que se recorre rezando en cada uno de ellos en memoria de los pasos de Jesús hacia el monte Calvario.

2). En algunos templos cristianos, conjunto de catorce o quince cruces o cuadros colocados en las paredes para representar los pasos de Jesús hacia el monte Calvario.

3). Lugar, generalmente en las afueras de una población, en el que ha habido o hay una o varias cruces.

(8). VÍA CRUCIS: Vía crucis es un antiguo acto de devoción que realizan los cristianos para recordar y representar la pasión y muerte de Jesucristo a lo largo del camino hasta el Calvario. Vía crucis significa “camino de la cruz”. El origen del Viacrucis data de los primeros años del cristianismo cuando los cristianos veneraban aquellos lugares que se relacionaban con la vida y muerte de Jesucristo en Jerusalén. El Viacrucis está compuesto por catorce estaciones en las cuales se relata lo que experimentó y sufrió Jesús desde el momento de su condena hasta su sepultura. El papa Benedicto XIV en 1742, solicitó a todos los sacerdotes a colocar en las iglesias las estaciones representadas con una cruz. Tras las Cruzadas, la devoción por realizar el Viacrucis se expandió y se fue extendiendo y fue practicada cada vez por un número mayor de personas que buscaban visitar los lugares santos donde había estado Jesucristo a lo largo de su pasión, muerte y resurrección, por lo que la curia adoptó la costumbre de realizar algo muy similar a lo que se hacía en Jerusalén a fin de manifestar la fe, agradecer el amor de Dios y recordar el sacrificio de Jesucristo por la salvación de la humanidad, de esta manera, los devotos que no tenían la posibilidad de llegar hasta Jerusalén, podrían realizar el Viacrucis en sus pueblos o ciudades a fin de cultivar y reavivar su fe cristiana. A los franciscanos se les atribuye la propagación del Viacrucis luego de que recibieran una indulgencia del papa Inocente XI, para que fueran los encargados de custodiar los lugares santos o Tierra Santa donde estuvo Jesús. La orden de los franciscanos, fueron quienes establecieron las catorce estaciones del Viacrucis en sus iglesias, la cual debía ser precedida obligatoriamente por un sacerdote franciscano. Años más tarde se eliminó la restricción de que solo los franciscanos podían guiar el Viacrucis, y lo extendió a todos los obispos de la iglesia en general, pero, dentro de su diócesis. En el año 1991 el papa Juan Pablo II incorporó la estación número quince, a fin de agregar el momento de la resurrección de Jesucristo.

ORDEN FRANCISCANA: Los orígenes de la Orden Franciscana se remontan al año 1209, cuando San Francisco de Asís fundó la orden en la ciudad italiana de Asís. San Francisco, inspirado por su profunda fe y su deseo de seguir los pasos de Jesucristo, renunció a su vida de riqueza y comodidad para vivir en pobreza y dedicarse al servicio de los demás. Su mensaje de amor, paz y humildad atrajo a muchos seguidores, y así nació la Orden Franciscana. San Francisco de Asís sentó las bases para una vida comunitaria basada en la fraternidad y el servicio. Él y sus seguidores adoptaron un estilo de vida simple y se comprometieron a vivir en armonía con la naturaleza y todas las criaturas de Dios. La orden se convirtió en una de las primeras en permitir que los laicos se unieran como hermanos y hermanas en la fe, promoviendo así la participación de todos en la vida religiosa.

(9). LAS ESTACIONES DEL VIA CRUCIS: El Viacrucis está compuesto por catorce estaciones en las cuales se reza y medita acerca de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Durante su desarrollo, bien sea en una iglesia o espacio abierto junto con interpretaciones, las personas oran de manera respetuosa y se recuerda todo lo vivido por Jesucristo y sus seguidores.

Primera estación: Jesús es traicionado por Judas, uno de sus discípulos. Por tanto es arrestado y condenado a muerte por Poncio Pilato.

Segunda estación: Jesús carga la Cruz.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez por el peso de la Cruz.

Cuarta estación: Jesús se encuentra con su madre, María.

Quinta estación: Jesús es ayudado a cargar la Cruz por Simón el Cirineo.

Sexta estación: la Verónica limpia el rostro de Jesús.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez con la Cruz.

Octava estación: Jesús habla consuela a las mujeres de Jerusalén.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez.

Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Undécima estación: Jesús es crucificado.

Duodécima estación: Jesús muere en la Cruz.

Decimotercera estación: el cuerpo de Jesús es bajado de la Cruz y abrazado por María.

Decimocuarta estación: el cuerpo de Jesús es colocado en sepulcro.

Decimoquinta estación: Jesús resucita de entre los muertos al tercer día.

(10). CRISTO DE LA AGONÍA: Festividad en agosto.

(11). VIRGEN DEL ROSARIO: Festividad el 7 de octubre, se celebra la fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario.

(12). LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA: La guerra de la Independencia española fue un conflicto bélico que se dio entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las guerras napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte.

(13). BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

Louis-Gabriel Suchet: “Mémoires du Maréchal Suchet, Duc d'Albufera, sur ses campagnes en Espagne, depuis 1808 jusqu'en 1814 / écrits par lui-même”. Edité par A. Bossange : Firmin Didot. Paris – 1828.

Wikipedia: “Ermita del Calvario de Cabanes”.

http://www.ermitascomunidadvalenciana.com

(14). ARCHIVO FOTO-IMAGEN: ERMITA Y CALVARIO DE CABANES.